El archipiélago de Fernando de Noronha, a 500 kilómetros de la costa noreste de Brasil, se convertirá en la primera isla latinoamericana en funcionar completamente con energía solar. El ambicioso proyecto, impulsado por Neoenergia, la filial brasileña de Iberdrola, promete descarbonizar por completo la isla para 2027, marcando un antes y un después en la historia energética de la región.
Hasta hoy, este paraíso natural declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO depende del diésel, consumiendo cerca de 27.000 litros diarios para abastecer a sus 3.000 habitantes y a miles de turistas. Pero eso está por cambiar. Neoenergia comenzó la construcción de dos nuevas plantas solares que permitirán sustituir casi todo el uso de combustibles fósiles, evitando la emisión de 22.000 toneladas de CO₂ al año.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, celebró el inicio del proyecto desde el histórico fuerte de Nossa Senhora dos Remedios:
“Este es un ejemplo de cómo transformar realidades y dejar un legado para las generaciones futuras”.
Las nuevas instalaciones tendrán una capacidad de 22 megavatios pico y contarán con baterías de autonomía de 14 horas, garantizando suministro incluso durante la noche. Aunque la vieja planta térmica permanecerá como respaldo, la energía solar cubrirá casi toda la demanda.
El proyecto, valorado en 350 millones de reales (unos 6,5 millones de dólares), ocupará un área similar a 25 canchas de fútbol, cuidadosamente elegida para no afectar zonas protegidas del parque nacional. Según los responsables, solo se intervendrá el 1,5% del territorio insular.

Además, “Noronha Verde” incluye iniciativas complementarias: puntos de carga para vehículos eléctricos, programas educativos sobre eficiencia energética y la expansión del aeropuerto local para acompañar un turismo más sostenible.
“Doblar la capacidad energética es clave para sostener un turismo responsable”, afirmó Virgilio Oliveira, administrador de la isla, quien confía en que la independencia energética impulse su desarrollo sin poner en riesgo el ecosistema.
Con playas consideradas entre las más hermosas del mundo, Fernando de Noronha se prepara para un futuro donde el sol será su única fuente de energía. Un ejemplo de cómo el paraíso puede brillar —literalmente— con energía limpia.

