El artista noruego Håkon Anton Fagerås transforma los bloques de alabastro en algo que, a simple vista, cualquiera identificaría como unas increíblemente mullidas almohadas.
Pero, lamentablemente, si decides abalanzarte sobre ellas con tu cabeza podrías llevarte un verdadero fiasco. Pues tal es su talento que consigue engañar a nuestra percepción y sentidos provocando que sintamos unas inmensas ganas de querer reposar sobre ellas.
Según Håkon, este particular artista que reside en el norte de Italia, «el denominador común en mi arte es la fragilidad y la vulnerabilidad… Normalmente suelo tallar figuras y rostros, pero de vez en cuando esculpo almohadas de mármol«.
Ahora bien, de seguro estarás pensando en por qué para este artista resultan tan significativas las almohadas, siendo que podría dedicarse a esculpir otro tipo de objetos. Para Fagerås, sus almohadas son como “un hermoso símbolo de vida”.
El artista considera que algunos de los momentos más bellos y duros de la vida pasan en la cama y que las almohadas—con sus posturas suaves naturales—capturan este sentido de experiencias vividas.
En efecto, estas perfectas obras suyas son resultado de la utilización de una gran variedad de herramientas, entre las que se destaca un martillo neumático. Gracias a ellas, Fagerås logra crear almohadas que parecen ser suaves y esponjosas, sobre todo porque ha logrado recrear con exactitud los dobleces naturales que se producen en la tela.
Si quiere ver más esculturas de mármol de este artista, puedes seguir sus creaciones para la serie Down desde su cuenta de Instagram!
