Tim Hoekstra, un joven holandés, ama los dibujos, el arte callejero y cruzarse en la vida con personas creativas. Desde pequeño siempre dibujó y creó pensando en que el arte es temporal, como todas las cosas en la vida.
Creció en la playa y siempre le gustó usarla como lienzo para plasmar su arte. Utilizaba las cosas que encontraba en el lugar y se dejaba llevar, pero hace seis años comenzó a utilizar un rastrillo, porque de esa manera se dio cuenta que podía hacer dibujos mucho más grandes.
Más, más y más grandes… llegaron a ser tan grandes que necesitaba poder verlos desde arriba para ver el resultado final, así que montó una GoPro en una cometa para poder sacarles fotos. Hoy ya tiene un drone, por lo que todo es mucho más fácil.
Poder lograr las creaciones que él hace le lleva hasta cuatro horas! Un montón de tiempo para saber que cuando suba la marea la obra desaparecerá. Pero esa es su filosofía de vida y disfruta de cada instante del proceso.