Los historiadores Alessandro Vezzosi y Agnese Sabato son grandes admiradores de Leonardo da Vinci. Pero su fascinación por el hombre no se limita solo a sus ideas y su obra de arte. Quieren saber qué lo convirtió en un genio, por qué era zurdo y si su predisposición a una enfermedad hereditaria lo hizo especial.
Su viaje para conocer mejor al hombre ahora ha revelado que Da Vinci tiene 14 descendientes que viven hoy, como anunció un comunicado de prensa.
El trabajo del dúo de historiadores pasa por 21 generaciones de la familia de da Vinci, y utilizando registros históricos, han logrado rastrear hasta el tatarabuelo de Leonardo, Michele da Vinci, quien nació en 1331. Es probable que Michele fuera el primero en usar el apellido da Vinci.
Pero, ¿cómo se confirman los registros históricos del hombre, que él mismo se ha ido hace mucho? La respuesta está en uno de los dos cromosomas sexuales en humanos y otros mamíferos: el cromosoma Y.
Al igual que un apellido, el cromosoma Y también se transmite de padres a hijos. El hecho de que el cromosoma Y rara vez cambie entre generaciones lo hace perfecto para tales estudios. Esto permite a los investigadores confirmar la ascendencia de los individuos, incluso si hay algunos vínculos rotos en el medio.
En el caso de da Vinci, después de analizar 21 generaciones y cinco ramas familiares, los historiadores han encontrado descendientes que aún viven en la zona toscana donde nació Da Vinci y que actualmente están involucrados en diferentes profesiones. Ayudó que el padre de Da Vinci, Piero, tuviera 22 hijos, además de Leonardo.
Debido a que no hay evidencia de que Leonardo se haya casado o haya tenido hijos, los historiadores esperan que el cromosoma Y en la familia extendida pueda revelar más sobre el artista y ayudarlos a descubrir qué lo convirtió en un genio. En los últimos años, el análisis basado en el ADN ha alterado lo que podemos aprender sobre una persona y su historia.
El ADN de los descendientes se probará en un futuro cercano y la información recopilada se utilizará para promover el Proyecto de ADN Leonardo Da Vinci, dirigido por Jesse Ausubel de la Universidad Rockefeller en Nueva York, con el apoyo de la Fundación Richard Lounsbery.