Una nube de gas metano está cubriendo el norte de Europa y tuvo su origen en la rotura de los gasoductos Nord Stream 1 y 2. Según algunas especulaciones, Rusia intervino en un sabotaje al cortar el suministro de gas a Europa en presunta represalia contra las sanciones occidentales tras la invasión de Ucrania por parte de Moscú. Sin embargo, desde Rusia desconocen dicha acción.
Pero en el medio de las acusaciones, estos gasoductos han estado liberando en la atmosfera una cantidad impresionante de este gas. El nivel de metano sobre Suecia y Noruega alcanzó un récord, según la prensa local, que habla de una «gran nube» sobre parte del territorio de los países.
La alarma la ha lanzado el Observatorio Internacional de Emisiones de Metano (IMEO), que ha analizado imágenes de satélite de los últimos días del norte de Europa en relación con las fugas de los gasoductos Nord Stream en el Mar Báltico.
«Las emisiones corresponden al doble de las emisiones anuales de metano de la industria petrolera y del gas en Noruega. Están a niveles récord, nunca vistos antes en Noruega y Suecia», explicó Stephen Matthew Platt, científico del clima del Instituto Noruego de Investigación.
Los investigadores de GHGSat, que utilizan satélites para monitorear las emisiones de metano, estimaron que la tasa de fuga de uno de los cuatro puntos de ruptura fue de 22.920 kg por hora. Eso equivale a quemar unas 286.000 kg de carbón cada hora, dijeron en un comunicado.
La guardia costera de Suecia informó el viernes que la cantidad de gas que se escapaba de la brecha en su zona de exclusión había disminuido, después de observar la situación desde el aire.
Según ha declarado a Bloomberg el científico David McCabe, experto de la organización Clean Air Task, a 20 años vista, “una tonelada de metano tiene un impacto climático que es más de 80 veces superior que el dióxido de carbono”, lo que hace de esta fuga algo “muy preocupante”.
Desde el 26 de septiembre hasta el 29 de septiembre, el radio visual de las burbujas se había reducido de los 700 metros iniciales, a unos 520 metros hasta el otro día. Y al día siguiente, se redujo hasta los 290 metros. También se observa una reducción similar en la concentración estimada de metano fugado en la ruptura del oleoducto.
El metano no es tóxico y no es peligroso si se inhala en pequeñas cantidades; pero si una gran cantidad de gas natural o metano desplaza el aire, la falta de oxígeno podría provocar asfixia. El metano está considerado como un emisor clave de gases de efecto invernadero. Es 84 veces más contaminante que el dióxido de carbono.
Fuente: Diario AS