Nuestro safari por Kenia estaba llegando a su fin, pero antes quisimos pasar la última noche en un lugar que, desde que lo vimos en un video nos pareció un sueño: un santuario de jirafas. Este hotel se llama el Giraffe Manor y se encuentra situado a unos pocos kilómetros del centro de Nairobi.
Para tener una habitación aquí, primero debes hacer tu reserva con muchísimo tiempo de anticipación. Nosotros fuimos en noviembre y habíamos hecho la reserva en marzo. Ésta la podés hacer a través de The Safari Collection, y no es para nada barato; pero con un poco de esfuerzo, todo es posible.
Un lugar único!
Al llegar al hotel, fuimos recibidos por el staff, quien nos invitó a hacer el trámite del Check in en uno de los sillones del jardín. Allí nos dieron unos tips de seguridad y un recorrido por el lugar para después llevarnos a nuestra habitación. En este hotel, las habitaciones no tienen números, sino nombres, los cuales pertenecen uno a la fundadora de Giraffe manor, y los demás, a las jirafas que viven o han vivido ahí.
El edificio principal es una casa de estilo victoriana construida en 1930 que ha recibido varias remodelaciones y ahora cuenta con 2 edificaciones mas a modo de ampliación, todo, manteniendo el mismo estilo y el mismo nivel de lujo y confort.
All inclusive!
Una vez instalados, fuimos al jardín para la hora de comer. Giraffe Manor se maneja bajo el concepto de All Inclusive, y los horarios de desayuno, comida y cena son muy estrictos. El menú es delicioso, con los sabores perfectamente balanceados. Y para beber, podés encontrar lo que se te ocurra. Si por alguna extraña razón, no hay algún miembro del staff disponible, puedes acudir directamente tú y servirte lo que quieras de su muy completa cantina.
Después de comer decidimos ir al Giraffe Center, el cual es un lugar abierto a todo el público, en donde, después de pagar una cuota de admisión de USD$10, tienes acceso a convivir con las jirafas, alimentarlas y aprender un poco más sobre ellas. Abre de 9am a 5pm y esta al lado de la mansión.
Los huéspedes de Giraffe Manor tienen acceso libre cuantas veces quieran
Al regresar, cerca de las 6pm al jardín nos encontramos con una serie de bocadillos, galletas, pasteles, thés, infusiones y vasijas con alimento para las jirafas, y es ahora, cuando las jirafas del Giraffe Center son solamente para nosotros.
Sobra decir lo divertido, hermoso y emocionante que es éste encuentro. Ed, la Jirafa macho es dócil y amable, puedes ponerte bajo de él y será muy cordial, no tanto asi Stacy, una hembra un poco enfadosa, con la cual debes tener cuidado de no ponerte a su lado porque puede dar cabezazos.
Durante el encuentro, las vasijas de alimento se llena una y otra vez. El personal del staff se encarga de ello, así también como de traerte una copa de vino, un café, mientras otro te toma muchas fotos.
Además de las jirafas hay una familia de facoqueros, quienes están muy pendientes de aquellos pedazos de comida que se caen. Eso sí, hay que tener cuidado porque si alguno de ellos o alguna jirafas invade la zona donde estamos parados, todos debemos entrar a la casa como medida de seguridad, ya que, aunque están acostumbrados al contacto humano, ambos, facoqueros y jirafas, son animales salvajes y pueden ser impredecibles.
Por la cena, cada mesa está designada según la habitación, y el salón de comida también está determinado por el edificio en el que estamos hospedados. Nuevamente la cena es deliciosa, ligera y completa. Los «hosts» nos preguntan a qué hora queremos que nos despierten y se despiden. No significa que tu también te tengas que ir a dormir ya, puedes pasar el tiempo que quieras en las áreas comunes de la casa. Y si, el bar sigue abierto.
El mismo personal se encarga de cerrar la red mosquitera y preparar la cama colocando bolsas de agua caliente en tu habitación. Nosotros pedimos que nos despierten a las 5 am, y puntualísimos, a esa hora tocan nuestra puerta. Apenas nos da tiempo de tomar un baño cuando al asomarnos por la ventana, ya se acercan las jirafas para recibir su desayuno, ahí mismo, a la ventana de tu cuarto.
Una vez terminada la vasija de alimento, bajamos a desayunar, y el convivio con ellas continúa con ellas metiendo la cabeza por las ventanas. El desayuno es del mismo nivel que las comidas anteriores, impecable! Luego, debemos subir a preparar las cosas para irnos. El horario de Check out es igual de estricto: a las 10am está listo el coche que nos retirará.
Hacemos una visita al «Gift shop» para comprar algún souvenir, tomamos unas cuantas fotos más y le damos un último vistazo a las jirafas, a la magnifica mansión y al muy amable personal del hotel. Solamente pasamos una noche aquí, pero la experiencia quedará en nuestra mente y corazones toda la vida.