En un tranquilo paseo por las playas acantiladas de Mar del Plata, Patricia Salicio nunca imaginó que su búsqueda de caracoles se convertiría en un descubrimiento arqueológico sin precedentes. Mientras escudriñaba la costa en busca de tesoros marinos, tropezó con restos fósiles de una familia de perezosos que habitó esas tierras hace más de 5 millones de años.
El emocionante hallazgo fue anunciado por un equipo de paleontólogos del Museo Municipal de Ciencias Naturales de Mar del Plata. Revelaron que, si bien no es raro encontrar restos fósiles de animales prehistóricos en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, es la primera vez que se descubre lo que sería una familia completa de estos gigantes prehistóricos.
Los especialistas confirmaron que los restos pertenecen a tres ejemplares de Scelidotherium leptocephalum, perezosos terrestres gigantes que, sorprendentemente, fueron preservados en el interior de su antigua madriguera subterránea. Estos celidoterios, como se les conoce, eran maestros en la construcción de túneles subterráneos, creando redes de madrigueras que formaban auténticas ciudades bajo tierra.
Con dimensiones imponentes, los celidoterios alcanzaban los 3,5 metros de largo y 1,2 metros de alto, con un peso cercano a los 850 kilos. Poseían cabezas alargadas y cilíndricas, y brazos musculosos con garras desarrolladas, perfectamente adaptados para excavar las madrigueras más grandes que ningún otro animal haya construido en la historia del planeta.
El rescate de estos fósiles fue un desafío monumental, condicionado por las mareas y el clima. Una semana de arduo trabajo en el campo fue seguida por otra semana de laboratorio para preparar los elementos óseos recuperados. Inicialmente, se creyó que solo se encontraban los restos de un celidoterio, pero análisis posteriores revelaron que el hallazgo incluía los esqueletos de dos adultos y un juvenil, junto con una gran cantidad de huesos, incluyendo dos cráneos.
Este descubrimiento arroja nueva luz sobre la vida prehistórica en la región y representa un hito significativo en la paleontología argentina. La ciudad de Mar del Plata, a través de su equipo de Paleontología, continúa desentrañando los misterios del pasado, revelando los tesoros ocultos bajo la superficie de sus playas ancestrales.
