Como bien sabemos, el continente europeo está situado en el hemisferio norte y cuenta con una superficie de 10,530 millones de kilómetros cuadrados. Es el segundo más pequeño del mundo. Su población ronda entre los 743,704 millones de habitantes y abarca 50 países. Sin embargo, ¿cuál es la ciudad que se encuentra más al norte, no solo de Europa, sino del mundo?
Se trata de Hammerfest, la cual pertenece a Noruega y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hammerfest tiene una población de 10.000 habitantes y la forma más rápida de llegar a ella es por mar o por carretera. En los meses de verano, hay un servicio de transporte con una frecuencia de dos barcos al día. La isla Kvaløya en la que se encuentra Hammerfest está comunicada con el continente a través del puente Kvalsund.
Esta ciudad se encuentra a 2.200 kilómetros al norte de Oslo y a 2.000 kilómetros al sur del Polo Norte. La corriente del Golfo hace que las temperaturas no desciendan drásticamente durante los meses de invierno y, por increíble que parezca, hace menos frío que en Oslo.
Es decir, la temperatura no varía demasiado a lo largo del año. Los inviernos son largos, ya que duran entre los meses de noviembre y abril. En esta época, los termómetros oscilan entre los dos grados bajo cero y los cero grados. Los veranos, en cambio, son cortos, y apenas duran cuatro meses. Los termómetros van entre los siete y los doce grados durante ésta época. ¿Muy cálido?
De todas formas, hay quienes discuten que ésta ciudad sea la más norteña del mundo, ya que entra en disputa la definición de «ciudad».
Hay otras personas que sostienen que Longyearbyen también en Noruega se lleva este puesto. Ésta ciudad es el mayor asentamiento de las islas Svalbard y tiene una población de 2.100 habitantes. Su origen se remonta a finales del siglo XIX, y en la actualidad es un asentamiento ártico cuya principal fuente económica es la minería.
Algo muy curioso sobre Longyearbyen es que a mediados del siglo XX se dejó de enterrar a los fallecidos de la isla en el cementerio local. Debido al permafrost del suelo, se descubrió que los cadáveres no se descomponían y, por lo tanto, contenían muchos microorganismos que ponían en riesgo la salud de los habitantes de la ciudad. Desde entonces, los cadáveres son enviados al continente para recibir sepultura.
