Desde el 1 de enero de 2017, todos los trenes eléctricos en Holanda operan exclusivamente con energía proveniente del viento, sin generar emisiones de carbono. Esta revolucionaria medida no solo ha transformado el transporte ferroviario, sino que también ha permitido a 600,000 personas realizar más de 1.2 millones de viajes diarios de manera completamente sostenible.
La energía eólica como motor del futuro
La energía utilizada para mover estos trenes proviene de parques eólicos situados en Holanda, así como en países vecinos como Suecia, Bélgica y Finlandia. Estos parques producen alrededor de 1.2 mil millones de kilovatios-hora de energía eólica al año, cantidad equivalente al consumo de electricidad de toda la ciudad de Ámsterdam. Esta estrategia demuestra cómo un sistema de transporte masivo puede convertirse en una herramienta clave para combatir el cambio climático y reducir la contaminación.
Compromiso con un futuro más verde
Este avance resalta el compromiso de Holanda con las energías limpias y la lucha contra el cambio climático. Los trenes que recorren el país, ahora impulsados por el viento, son un símbolo de los esfuerzos por reducir la huella de carbono y promover un futuro más sostenible.
Con esta iniciativa, Holanda se posiciona como líder global en la transición hacia un modelo energético más verde, demostrando que es posible hacer del transporte una actividad completamente libre de contaminación.
