Elizabeth Isherwood se acababa de divorciar de su marido. Con la separación de bienes, decidieron vender
el tiempo compartido que tenían juntos en Plas Talgarth, en el norte de Gales. Pero como agradecimiento a
tantos años de fidelidad, los gerentes del complejo vacacional le regalaron una estadía gratis de una
semana.
Como nadie, ni amigos ni familiares, podían acompañarla, decidió ir sola. Emprendió la aventura sin saber
que sería la última y su final, una tragedia… Es que el primer día de sus vacaciones fue a buscar algo
al armario de ventilación, unos espacios muy comunes en el Reino Unido en el que se deja la ropa para
secar. Cuentan con un sistema de calefacción en su interior.
El problema es que la puerta se cerró y el picaporte se rompió. Isherwood estaba desnuda cuando quedó
encerrada, y había viajado sola, así que gritó para pedir ayuda. Lo hizo lo más fuerte que pudo, pero
nadie la escuchó.
Intentó liberarse. Comenzó a romper las paredes. Las pateó con mucha fuerza, tanta que rompió una de las
cañerías y comenzó a filtrarse el agua. La mujer de 65 años, finalmente, murió de hipotermia.
«No había llegado ni a desempacar, la policía encontró toda su maleta sin deshacer»,
cuenta devastado uno de sus hijos, según el Daily Mail.
Los peritos confirmaron que estuvo 10 días luchando por su vida. Sus familiares contaron que nadie acudió
en su ayuda porque los otros huéspedes del complejo pensaron que los golpes se debían a obreros
trabajando