Las intensas lluvias en la región del río Iguazú, límite natural entre Argentina y Brasil, provocaron el cierre del circuito de la Garganta del Diablo, uno de los principales atractivos turísticos de las Cataratas del Iguazú. El caudal del río, que alcanzó los 7,84 millones de litros por segundo, superó varias veces el promedio normal de 1,5 millones de litros por segundo, obligando a las autoridades a tomar medidas preventivas.
El Parque Nacional Iguazú, en el lado argentino, confirmó que la pasarela hacia la Garganta permanecerá cerrada hasta nuevo aviso. Además, varios senderos del lado brasileño, como Ytepopo, Bananeiras y Poço Preto, también fueron clausurados temporalmente. “Estas medidas buscan proteger a los visitantes y preservar la infraestructura frente a los riesgos que representa un caudal tan alto,” señalaron desde la administración del parque.
El fenómeno, que dejó acumulados de más de 100 milímetros de lluvia en la zona alta del río, es un recordatorio de eventos extremos previos. En ocasiones pasadas, la fuerza del agua incluso destruyó pasarelas clave, demorando meses en su reparación. “La seguridad es nuestra prioridad. La experiencia nos enseña que los protocolos preventivos son esenciales,” remarcaron las autoridades.
Aunque el caudal debería disminuir en los próximos días, este tipo de eventos se ha vuelto más frecuente. En 2023, el río alcanzó un récord de 24 millones de litros por segundo, 16 veces más que su promedio habitual. Las Cataratas del Iguazú, con su imponente caudal y carácter indomable, son una muestra de la fuerza de la naturaleza y del constante desafío que implica proteger tanto a los visitantes como este invaluable patrimonio natural.
