Desde hace ya unos días la atención mediática está puesta en el país insular nórdico que se caracteriza por su espectacular paisaje con volcanes, géiseres, termas y campos de lava y no es para menos: Islandia registra un particular alerta -con evacuaciones de habitantes incluida- ante una posible erupción volcánica sin precedentes.
Según datos oficiales compartidos por la Oficina Meteorológica local, tan solo en las últimas 40 horas se reportaron más de 2.000 terremotos en la zona y se espera que la situación pueda escalar con el correr de los días. Durante el fin de semana, varias carreteras y otras estructuras quedaron destrozadas. Las imágenes difundidas muestran escenarios y plataformas quebradas y resquebrajadas ante la intensidad de tales fenómenos.
El escenario parece catastrófico: aún a su pesar, Islandia se está preparando para lo que podría ser la erupción volcánica más devastadora del país en 50 años. Esto, desafortunadamente, podría llevarse la vida de un pequeño pueblo pesquero. ¿Cómo? Existe la posibilidad de que el magma salga a la superficie en los próximos días y con ello se incremente el riesgo a que Grindavik, hogar de más de 3.600 personas, sea destruido.
La ciudad en cuestión está situada a 40 kilómetros de Reikiavik, la capital de Islandia. Tras el inminente alerta de la Oficina Meteorológica local, Grindavik fue evacuada apresuradamente el viernes por la noche. El evento sucedió tan rápido que muchos habitantes debieron dejar atrás a sus pertenencias más importantes, sus mascotas y ganado.
“El escenario más probable es que esto conduzca a una erupción”, ha indicado por teléfono Magnus Tumi Gudmundsson, profesor de geofísica de la Universidad de Islandia. “El lugar probable de la erupción está muy cerca de Grindavik”, expresó.
Desafortunadamente, esto podría causar daños considerables a las propiedades. Sin dudas, se trata de un fenómeno que ha estado tomando por sorpresa a los habitantes que se encuentran en los alrededores del volcán afectado: la zona había permanecido inactiva durante casi 800 años hasta principios de 2020, cuando comenzó una intensa actividad sísmica en la península.
Según ha trascendido, el magma salió a la superficie en 2021, para volver a emerger en agosto de 2022 y julio de este año. Hasta el momento, las erupciones habían sido solo fisuras relativamente pequeñas en áreas remotas y representaban poco riesgo para las personas o las infraestructuras.
Si bien Islandia es un país que está acostumbrado a las erupciones, de hecho la nación insular se autodenomina la tierra del fuego y el hielo haciendo gala de unos 30 sistemas volcánicos y más de 600 fuentes termales, en esta oportunidad predomina la incertidumbre de no saber con qué se van a encontrar en los próximos días y el pánico a los daños económicos, productivos y en las poblaciones locales que esto pueda provocar.
Islandia es uno de los lugares geológicamente más activos de la Tierra debido a su posición en la cordillera del Atlántico medio, donde se separan las placas tectónicas de América del Norte y Eurasia. Uno de los eventos volcánicos más perturbadores en la historia reciente del país nórdico ocurrió en 2010, cuando Eyjafjallajokull entró en erupción con una explosión que liberó una columna de ceniza tan enorme que paralizó el tráfico aéreo en toda Europa durante semanas, provocando la cancelación de 100.000 vuelos y afectando a más de 10 millones de personas.