Con los viajes de placer internacionales prácticamente estancados, Islandia está utilizando su tiempo de inactividad pandémico para realizar algunas mejoras importantes en su infraestructura turística.
El gobierno islandés está invirtiendo más de 12 millones de dólares para mejorar las carreteras, preservar los sitios populares y renovar las instalaciones en los parques nacionales, informa The New York Times. El gobierno ya había planeado mejorar su infraestructura turística, pero decidió redoblar sus esfuerzos ya que la pandemia ha mantenido alejados a los visitantes.
Antes de la pandemia, el país se había convertido en una especie de cartel del sobreturismo. Entre 2013 y 2017, Islandia fue el lugar para vacacionar y ser visto de vacaciones. Sus cascadas, volcanes y lagunas húmedas al aire libre estaban en todo Instagram.
En 2018, Islandia registró un récord de 2,3 millones de visitantes, unas seis veces su pequeña población nacional. En 2010, menos de 500.000 personas visitaron el país.
La creciente popularidad de Islandia tuvo un costo. El país fue forzado a cerrar Fjadrargljufur Canyon después de que Justin Bieber filmó un video musical allí, provocando una afluencia de turistas tan grande que el daño ambiental se volvió inevitable. En 2019, el cañón, ubicado en el sur de Islandia a unas 70 millas de las playas de arena negra de Vik, dijo que solo abriría durante cinco semanas al año debido al daño ambiental causado por los visitantes.
Islandia llegó a considerar límites al número de visitantes que permitiría o instituir nuevos impuestos al turismo para frenar la demanda.
En cierto sentido, la pandemia le está dando a Islandia la oportunidad de ponerse al día, e Islandia la está aprovechando. Sus últimas inversiones turísticas tienen dos objetivos: facilitar el alojamiento de más visitantes y preservar y proteger sus sitios más populares.
Islandia está trabajando para garantizar que sus atracciones más famosas «no se desgasten cuando recuperemos a los visitantes», dijo Skarphedinn Berg Steinarsson, director general de la Oficina de Turismo de Islandia, al New York Times.