“Jack off club» podría traducirse al español como “clubes de masturbación”. Es decir, y sencillamente, son espacios donde los hombres acuden para masturbarse, ya sea como autosatisfacción o, bien, como un acto compartido. Estos lugares están ganando mayor tendencia y cada vez hay más.
Actualmente, hay 18 establecimientos de este estilo en Estados Unidos, 2 en Australia, 2 en Canadá, 1 en Reino Unido y el último recientemente inaugurado en Madrid, según informa la web The Bator Blog, un sitio especializado en esta práctica.
Aunque la mayoría de los asistentes de estos clubes se autodefinen como homosexuales, quienes son parte de estos grupos afirman que existe un número importante de heterosexuales. Aunque todos aclaran, sea en el idioma que sea, que no existen esas clases de preguntas ante quien busque sumarse a estas actividades.
La dinámica es sencilla, lo que ocurre dentro de esas cuatro paredes, que puede ser denominado como “homoerótico”, no define realmente la orientación sexual de quien lo practica. En ese sentido, Nacho G., el dueño del sitio recientemente inaugurado en Madrid, remarcó que su club “no es necesariamente homosexual”, en declaraciones al diario El País de España.
En este sentido el medio cataloga la práctica como “hermandad fálica”. Asimismo, el dueño del lugar en Madrid también aclaró ciertas cuestiones: ”La presencia de hombres heterosexuales en estos clubes es un hecho, yo mismo lo soy”, explica.
“Muchos hombres que vienen a nuestros eventos están casados o con novia y son felices con sus parejas. A mi juicio lo que buscan es lo que yo llamo la hermandad fálica. Esto no es nada nuevo, es perenne y universal, al igual que la masturbación masculina. El placer al masturbarte es personal y depende de ti, pero también puede conectarte directamente con otros hombres que disfrutan masturbándose. Buscan disfrutar, compartir esos sentimientos con otros hombres. Si lo piensas, es la alternativa de relación abierta ideal para muchas personas con límites claros de intimidad”.
Los costos para poder ser socio de estos clubes dependen, no solo del país, sino también de la ciudad. Pero en líneas generales, las membresías pueden adquirirse desde los 20 dólares mensuales hasta los 235 por año; o bien, según la página oficial del club español los precios van desde los 3€ a los 5€ por evento, según indicó el diario El País.
Pero no es que vale todo ni se pueda hacer cualquier cosa. Existen reglas y límites según el establecimiento:
- “No lips under the hips”: la traducción de esta expresión es “sin boca debajo de las caderas”. En resumidas cuentas: no está permitido el sexo oral.
- “Nothing goes inside anybody’s anything”: en castellano, esta expresión significa “nada va dentro de nada de nadie”. La norma es clara: no hay sexo anal.
- Colores como límites: con pulseras como indicadores. Por ejemplo, en la versión española rojo significa: “no toques mi pene” y verde significa: “Puedes tocar mi pene sin preguntar primero”.
Un comentario
Estas cuestiones tabú deberían tener más presencia en los medios. Gracias por informar. Otra cosa es que se vayan a usar.