Este martes amanecimos con una noticia que ha tomado a la Capilla Sixtina, capilla del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, como protagonista. Se trata de una puesta en escena que, durante al menos algunas jornadas, permitirá apreciar este sitio sagrado tal y cual fue pensado en su origen.
Y el motivo se debe a una celebración homenaje de los 500 años que se cumplen desde la muerte del artista Raffaello Sanzio, también conocido como Rafael de Urbino. También apodado simplemente como Rafael, este pintor italiano ha pasado a la historia como uno de los más grandes artistas del alto renacimiento en Italia.
En efecto, y según ha indicado la agencia de noticias Reuters, por primera vez en siglos, los 12 tapices diseñados por Rafael serán colgados en las paredes inferiores de la Capilla Sixtina como parte de las celebraciones que conmemoran los 500 años desde la ausencia física del artista.
Aún así, la mayor parte de su trabajo está alojado en los Museos Vaticanos, ya que decoró con frescos las habitaciones conocidas como las Estancias de Rafael, cuatro habitaciones o salas situadas en el segundo piso del Palacio Apostólico. Fue el principal encargo de su carrera, que desafortunadamente quedó sin terminar como consecuencia de su muerte y debió ser completado por otros ayudantes.
Nacido en el año 1483 en Urbino, un pequeño municipio italiano, Rafael ha sido considerado como un contemporáneo y renacentista rival de Miguel Angel, razón por la cual el Vaticano ha presentado una excepción para augurar al menos una breve estadía de sus obras dentro de la Capilla Sixtina. Rafael falleció el 6 de abril de 1520, a los 37 años.
“Fueron concebidos para este espacio y entonces pensamos que es la mejor manera de celebrar”
Palabras de Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, a la agencia Reuters.
Cabe recordar que, en la Capilla Sixtina, espacio sagrado dentro de la Ciudad del Vaticano, los frescos que allí se contemplan «nos introducen en el mundo de los contenidos de la Revelación. Las verdades de nuestra fe nos hablan desde cada lugar. De ellas, el genio humano ha sacado la inspiración empeñándose en revestirlas de formas de una belleza inigualable. El Santo Padre Juan Pablo II ha deseado recalcar el carácter sagrado del lugar a través del cual las pinturas, al igual que las imágenes de un libro, sirven para hacer más comprensibles las verdades expresadas en la Sagradas Escrituras.
La Capilla Sixtina como tal, debe su nombre al Papa Sixto IV della Rovere (pontífice desde 1471 hasta 1484), quien hizo reestructurar la antigua Capilla Magna entre el año 1477 y el 1480. La decoración del siglo XV de las paredes incluye: las falsas cortinas, las Historias de Moisés (paredes sur – entrada) y de Cristo (paredes norte – entrada) y los retratos de los Pontífices (paredes norte – sur – entrada). Fue realizada por un equipo de pintores formado originariamente por Pietro Perugino, Sandro Botticelli, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli, coadyuvados por sus respectivos talleres y por algunos de sus colaboradores más estrechos entre los que destacan Biagio di Antonio, Bartolomeo della Gatta y Lucas Signorelli. Sobre la bóveda, Pier Matteo d’Amelia pintó un cielo estrellado. La realización de los frescos tuvo comienzo en 1481 y se concluyó en 1482. A esta época se remontan también las siguientes obras en mármol: el tranqueo, el coro y el escudo pontificio encima de la puerta de entrada. El 15 de agosto de 1483 Sixto IV consagró la nueva capilla a la Asunción de la Virgen y la dedicó a ella. Julio II della Rovere (pontífice desde 1503 hasta 1513), sobrino de Sixto IV, decidió modificar parcialmente la decoración de ésta, confiando el encargo a Miguel Ángel en 1508, quien pintó la bóveda y los lunetos, en la parte alta de las paredes. En octubre de 1512 el trabajo había terminado y el día de Todos los Santos (1° de noviembre), Julio II inauguró la Sixtina con una misa solemne. En los nueve recuadros centrales se hallan representadas las Historias del Génesis, desde la Creación hasta la Caída del hombre, el Diluvio y el nuevo renacer de la humanidad con la familia de Noé.
En cuanto a los tapices que momentáneamente formarán parte de la decoración de la Capilla, fueron tejidos en Bruselas por el famoso estudio de Pieter van Aelst a partir de los bocetos de Rafael. Estos representan escenas de los Hechos de los Apóstoles, como La lapidación de San Esteban y la Predicación de San Pablo en Atenas.
«Este evento es excepcional porque todos los tapices fueron restaurados en nuestros talleres en los últimos años y es la primera vez que los dejamos por una semana en la Capilla Sixtina, el lugar por el cual fueron diseñados»
Palabras de Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, a la agencia Reuters.
Así es como durante la próxima semana, los tapices se verán dentro de la Capilla Sixtina, exactamente en el mismo lugar donde estuvieron entre el momento en que Miguel Ángel terminó de pintar el techo en 1512 y cuando comenzó la enorme pintura del Juicio Final detrás del altar principal en 1536. De esta manera, los afortunados visitantes de la Capilla Sixtina no sólo podrán alzar la vista para contemplar la bóveda, las paredes superiores y el Juicio final, sino que tendrán la posibilidad de apreciar los tapices de Rafael.
Para los interesados en conocerla, los días y horarios de visita son: de lunes a sábados de 9:00 a 18:00 (el último acceso se permite a las 16:00); y cada último domingo de cada mes de 9:00 a 14:00 (último acceso a las 12:30).
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