Las mariposas, símbolo de belleza y fragilidad, están perdiendo uno de sus rasgos más distintivos: el color vibrante de sus alas. Investigadores de la Universidad Federal de Pelotas (Brasil) y de la Universidad de Exeter (Reino Unido) descubrieron que la deforestación está transformando la apariencia de más de 60 especies de mariposas en la Amazonía.
El estudio, realizado en una región a 90 kilómetros de Manaus, reveló que las mariposas de áreas deforestadas presentan alas con tonos más apagados, mientras que las de zonas bien conservadas mantienen su característico colorido. Este cambio responde a una necesidad de camuflaje en un entorno degradado, desprovisto de la flora que solía ofrecerles refugio.
Además de la alteración estética, el fenómeno es un indicador preocupante de los desequilibrios ambientales que afectan no solo a las mariposas, sino a todo el ecosistema.
Un problema histórico y global
La relación entre la deforestación y la pérdida de color en las mariposas no es nueva. Desde la Revolución Industrial, los cambios en el medio ambiente han impactado su apariencia y población. En México, por ejemplo, la mariposa monarca enfrenta una reducción alarmante. En 2020, su población disminuyó un 26%, y la degradación de su hábitat se cuadruplicó en comparación con 2018.
Según Jorge Rickards, director de WWF México, la conservación de los bosques es esencial para proteger a las mariposas monarca y preservar su impresionante fenómeno migratorio.
Un llamado urgente
La pérdida de color en las mariposas es más que un cambio estético: es un recordatorio de que la deforestación tiene consecuencias profundas y visibles. Proteger sus hábitats no solo garantiza la supervivencia de estas especies, sino que también preserva el equilibrio de los ecosistemas que compartimos.
