París puede ser la Ciudad de la Luz, pero hay que dirigirse más al sur para presenciar el mayor conjunto de luces de Francia: la «Fête des Lumières» de Lyon. Vas a querer añadir este hermoso e histórico festival de luces a tu lista de viajes para este 2017.
El festival se celebra anualmente el 8 de diciembre, pero su origen se remonta a 1852 y más allá. Todo comenzó en 1643 como un homenaje a la Virgen María. La peste bubónica barrió el sur de Francia, causando estragos y matando a miles de personas, Lyon no fue una excepción y los funcionarios de la ciudad oraron a la Virgen María, prometiéndole honrarla si la epidemia cesaba. Finalmente lo hizo -e incluso funcionó de nuevo en 1832-, y se le atribuye este milagro a la virgen.
Agradecida, la ciudad comenzó a construir una estatua de la Virgen María, que se situaría en la parte superior del campanario de la Basílica de Fourvière con vistas a la ciudad. La instalación fue planeada para el 8 de septiembre de 1852, pero la intervención divina golpeó, esta vez en la forma de una inundación. El río Saône se desbordó y el evento se pospuso hasta el 8 de diciembre, lo que también fue problemático gracias a una horrenda tormenta. Los Lyonnais, indiferentes al mal tiempo, esperaban que la tormenta se levantara y colocaron linternas en sus ventanas en lugar de los fuegos artificiales cancelados. La celebración espontánea se convirtió en un acontecimiento anual y cobró aún más importancia cuando la iglesia católica decretó el 8 de diciembre la Fiesta de la Inmaculada Concepción dos años después. El resto (como dicen) era historia.
¿Hoy en día? Todavía se pueden ver destellos de las velas en windowsills, pero el festival se ha convertido en una maravilla tecnológica en los últimos años: 70 instalaciones de la luz profesional, esculturas iluminadas masivas, exhibiciones interactivas, y arte contemporáneo de la actuación. Se estima que entre 3 y 4 millones de personas asisten cada año, reuniéndose en las calles para admirar las remolinos y coloridas proyecciones que transforman las fachadas de edificios en animaciones psicodélicas.
Son tres días que vale la pena disfrutar… no hay pretexto todavía tienes varios meses para poder ahorrar.
