En mayo de 2024, Claudio Marchetti, un autodidacta apasionado por la ingeniería, culminó un ambicioso proyecto en Alicia, Córdoba: construir una réplica artesanal de la Torre Eiffel. Durante 18 meses, dedicó días y noches a ensamblar 86 piezas de hierro, que en total sumaron 10 toneladas, para dar vida a una estructura de 31,6 metros de altura. Este monumento, erigido en el patio de su casa, se convirtió rápidamente en un atractivo turístico que atrajo a más de 7,000 visitantes.
El sueño de Claudio
Marchetti no utilizó grúas ni equipos pesados para levantar la torre. En cambio, diseñó un ingenioso sistema de poleas y cables de acero para ensamblarla, enfrentando desafíos físicos y emocionales que lo llevaron a perder cinco kilos durante el proceso. “Quería que fuera única, una réplica hecha por una persona, no por empresas con maquinaria”, afirmó.
Aunque ofreció donarla a su localidad, las propuestas no prosperaron. Entonces, Héctor Vallejo, un emprendedor inmobiliario, vio el potencial turístico de la réplica y la adquirió para trasladarla a Villa Parque Síquiman, donde se integrará en un desarrollo comercial regional.
Desarmar para avanzar
En un solo día, Marchetti desarmó lo que le tomó un año y medio construir. Este acto marcó el cierre de una etapa, pero no el final de su historia. “Llegó el momento de soltar este proyecto”, dijo con satisfacción, sabiendo que su obra será admirada por miles en su nueva ubicación.
La réplica de la Torre Eiffel no solo es un homenaje al famoso monumento parisino, sino también un símbolo de perseverancia, creatividad y pasión. Claudio Marchetti, con su visión y esfuerzo, demostró que incluso los sueños más grandes pueden hacerse realidad con determinación.
¿Quién sabe cuál será su próximo proyecto?