La industria turística de EE.UU. enfrenta caída de visitantes extranjeros

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Redactora Social
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Impacto económico de las políticas arancelarias en el turismo estadounidense 🇺🇸

El turismo internacional en Estados Unidos podría estar enfrentando un desafío sin precedentes. Las recientes propuestas del ex presidente Donald Trump, que incluyen nuevos y más altos aranceles a productos importados, han generado preocupación en toda la industria turística. Si bien estas políticas están orientadas a fortalecer la economía interna, diversos actores del sector advierten que podrían provocar un retroceso significativo en la llegada de turistas internacionales.

Y es que, a pesar de la recuperación del turismo global tras la pandemia del COVID-19, factores como los costos más altos, las tensiones diplomáticas y las restricciones a la movilidad empiezan a redefinir los flujos turísticos hacia Estados Unidos.

¿Qué propone Trump y por qué afecta al turismo?

Según declaraciones recientes, Trump ha considerado imponer aranceles de hasta el 10% a todas las importaciones y promover medidas más duras contra productos fabricados en países con los que existe desequilibrio comercial, como China. Esta política podría desencadenar represalias económicas por parte de otras naciones, incluyendo restricciones al turismo desde países afectados.

Además, durante su mandato anterior, el expresidente ya había aplicado políticas migratorias estrictas y restricciones de viaje que ralentizaron la llegada de visitantes internacionales. De repetirse ese patrón, industrias como la hotelería, transporte aéreo, restaurantes y atracciones turísticas sentirían fuertemente el impacto.

Un panorama inquietante para el turismo receptivo

Antes de la pandemia, Estados Unidos disfrutó de un auge turístico: en 2019 recibió más de 79 millones de turistas extranjeros, lo que generó más de USD 233 mil millones en ingresos. Sin embargo, la combinación de restricciones sanitarias, altos precios y barreras políticas causaron una caída dramática en los años siguientes.

Aunque actualmente el turismo se encuentra en recuperación, expertos prevén que un retorno de las políticas arancelarias trumpistas podría frenar ese camino. El Travel Association (USTA) advirtió que una guerra comercial puede desincentivar los viajes hacia EE.UU., ya que muchos países podrían responder con medidas equivalentes que perjudiquen la movilidad de sus ciudadanos.

¿Quiénes serían los más afectados?

Los países que tradicionalmente generan más turistas hacia Estados Unidos —como Canadá, México, Japón, Reino Unido y China— podrían sufrir las consecuencias de estas tensiones. Según datos del USTA, el visitante internacional promedio gasta más de USD 4,000 por viaje en EE.UU., por lo que cada caída en el número de turistas representa millones en pérdidas para la economía local.

Los destinos más visitados como Nueva York, Miami, Las Vegas y Los Ángeles podrían experimentar una reducción significativa en la ocupación hotelera y en el consumo asociado al turismo, como gastronomía, entretenimiento y comercio.

Ciudades turísticas en alerta máxima 🚨

Algunos alcaldes y gobiernos locales ya han expresado su preocupación sobre cómo estas políticas podrían afectar sus economías. Recordemos que el turismo es uno de los principales motores de empleo en ciudades como Orlando, San Francisco y Chicago.

De acuerdo con un reciente análisis de Bloomberg, las ciudades con mayor dependencia del turismo internacional están en mayor riesgo, entre ellas:

  • Miami: popular entre turistas latinoamericanos, sobre todo de Brasil y Argentina, podría enfrentar un declive si se intensifican las restricciones regionales.
  • Los Ángeles: gran receptor de ciudadanos asiáticos, especialmente chinos y coreanos.
  • Las Vegas: con un creciente número de viajeros canadienses y europeos que buscan experiencias de entretenimiento únicas.

¿Qué dice la industria turística al respecto?

La Asociación de Viajes de Estados Unidos ha emitido un comunicado señalando que “una política comercial agresiva puede parecer beneficiosa en términos de balanza comercial, pero puede socavar sectores fundamentales como el turismo y la hospitalidad”. Según dicho organismo, este tipo de medidas deben ser evaluadas con precaución y considerar las implicancias económicas indirectas.

Por su parte, aerolíneas como Delta y American Airlines también mostraron inquietud. Si se restringe el acceso a ciertos países, sus rutas internacionales probablemente tendrían que ser ajustadas, recortadas o incluso canceladas, generando despidos y pérdida de conectividad global.

Una visión más allá de las fronteras

No solo EE.UU. se vería afectado. Una reducción del flujo turístico internacional hacia territorio estadounidense tendría también impactos indirectos en los mercados emisores. Por ejemplo, agencias de viajes y operadores en países como Alemania, Francia o Japón, perderían negocios y oportunidades.

Además, con un dólar fortalecido y precios crecientes, otros destinos podrían volverse más atractivos y accesibles. Alternativas como Europa, Asia o Sudamérica podrían convertirse en elegidas por turistas que hasta ahora optaban por Miami, Nueva York o San Francisco.

Alternativas y estrategias para mitigar el impacto

Ante este panorama incierto, la industria turística ya empieza a moverse. Algunas estrategias que podrían tomar fuerza en los próximos meses incluyen:

  • Campañas de promoción internacional, centradas en destacar la cultura y apertura de destinos clave.
  • Fortalecimiento del turismo interno mediante beneficios e incentivos para promover los viajes domésticos.
  • Alianzas público-privadas que impulsen la participación de EE.UU. en ferias turísticas globales.
  • Facilitación de los trámites migratorios con países considerados “seguros y aliados”.

Al mismo tiempo, los actores de la industria buscan tener voz activa en las políticas nacionales. Ya se han iniciado conversaciones con legisladores y autoridades para demostrar el impacto real de estas decisiones en la economía estadounidense.

Conclusiones: ¿un punto de inflexión para el turismo en Estados Unidos?

Estados Unidos está en una encrucijada. De imponerse nuevas políticas arancelarias y restricciones migratorias, la industria turística podría experimentar una nueva desaceleración tras años de recuperación postpandemia. Las señales de alarma ya empezaron a sonar, y el sector busca adaptarse antes de que las medidas se concreten.

En un mundo interconectado, donde el turismo internacional representa no solo ingresos económicos sino también un puente cultural, políticas como las que anticipa Trump podrían generar más problemas que soluciones.

Mientras tanto, destinos de todo el país –y del mundo– esperan atentos

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