La contaminación del océano es un grave problema con el que nos estamos enfrentando en este momento. Es hora de hacer algo urgente porque los humanos estamos destruyendo todo.

Generalmente, cuando hablamos de la contaminación del océano pensamos automáticamente en desechos plásticos (pajitas, botellas y otros), pero la realidad es que no son el mayor contaminante. El peor enemigo del agua son las colillas de los cigarrillos.

Pueden parecer pequeños e inofensivos, pero pueden causar daños irreversibles a los océanos y la vida silvestre en general, particularmente en las cantidades en las que se encuentran actualmente.

El gran problema es que la mayoría de los filtros de cigarrillos consisten, al menos en parte de acetato de celulosa, que es, en sí mismo, un producto natural, y por lo tanto muchos piensan que son biodegradables.

Sin embargo, la verdad es que un plástico que no es biodegradable a menudo se forma cuando se procesa el acetato de celulosa, por lo que en realidad los filtros de cigarrillos tardan mucho más en descomponerse de lo que deberían.

Hasta que los filtros comienzan a descomponerse, también liberan todos los contaminantes que absorben del humo, incluidas sustancias como la nicotina, el arsénico y el plomo.

Y, además, son consumidos por varias criaturas marinas.

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