Las últimas palabras de un piloto de Air France a bordo de un avión que se estrelló en el Atlántico han sido reveladas, arrojando luz sobre los momentos finales antes de la tragedia.
El Airbus A330, programado para volar de Río de Janeiro a París, se estrelló en el Océano Atlántico el 1 de junio de 2009. Todos los 228 a bordo, incluidos 12 miembros de la tripulación y 216 pasajeros, murieron en el accidente. Este siniestro sigue siendo el más mortífero en la historia de Air France.
El audio escalofriante entre el capitán Marc Dubois, de 58 años, y sus dos copilotos, David Robert (37) y Pierre-Cédric Bonin (32), muestra claramente que el vuelo Air France 447 estaba condenado.
Días después del accidente, se encontraron restos del avión flotando en las olas, lo que dio inicio a una búsqueda de dos años en las profundidades del mar, con un costo total de £27 millones. Durante esta búsqueda, se encontraron las cajas negras, que contenían información clave sobre lo que ocurrió en el aire y que resultó en la muerte de 228 personas.
Los dispositivos de grabación revelaron que los sensores de velocidad del avión, conocidos como tubos Pitot, se habían bloqueado y congelado mientras el jet intentaba llegar a París a través de una tormenta. Debido a esto, los sistemas del avión estaban produciendo datos incorrectos para el vuelo.
El piloto automático del Airbus A330-203 se desactivó, y los pilotos quedaron intentando descifrar datos confusos sobre su velocidad y altitud, lo que eventualmente los llevó a retomar el pilotaje manual. Sin embargo, Dubois, Robert y Bonin estaban siguiendo datos de navegación incorrectos mientras enfrentaban el mal tiempo.
Cuando el avión entró en una pérdida aerodinámica, el trío cometió el error de apuntar la nariz del jet hacia arriba en lugar de hacia abajo, lo que resultó en que el vuelo de Air France comenzara a caer del cielo mientras los pilotos mantenían una conversación de pánico.
Uno de los pilotos comenzó: «¡Hemos perdido nuestras velocidades!«
«No sé qué está pasando», dijo otra voz preocupada.
Bonin luego exclamó: «¡Vamos! ¡Sube, sube, sube!«
«¡Mierda, vamos a estrellarnos! ¡No es verdad! ¿Pero qué está pasando?«, gritó Robert.
No está claro quién habló después, pero parecía conocer su destino, ya que alguien dijo: «¡Mierda, estamos muertos!«
El avión de 205 toneladas había caído 11,500 metros del cielo en solo cuatro minutos y 24 segundos, matando trágicamente a todos a bordo. Todo lo que quedó fueron los gritos aterrorizados de los pilotos para que los investigadores pudieran reconstruir lo sucedido.
En 2023, un tribunal en París dictaminó que Air France y Airbus no eran culpables de homicidio involuntario por las muertes de los pasajeros y la tripulación.
