Las conocidas como «lágrimas de sirena» son una materia prima en la industria plástica (unas bolitas de plástico pequeñas). Muchas de estas ‘lágrimas’ terminan en el océano, recogen toxinas en sus superficies y son consumidas por la fauna marina.
Se trata de uno de los componentes básicos para la elaboración de la mayoría de los artículos de plástico, desde botellas de agua de un solo uso hasta televisores. Estas bolitas pequeñas, normalmente entre 1 mm y 5 mm, se clasifican como microplásticas primarias junto con las microperlas usadas en productos cosméticos, son pequeñas a propósito, a diferencia de otros microplásticos que se desprenden de los residuos plásticos más grandes en el océano.
El pequeño tamaño de las ‘lágrimas’ hace que sean fáciles de transportar como materia prima que los fabricantes pueden fundir y moldear en todo tipo de productos plásticos. Desafortunadamente, la mala gestión de estos pequeños gránulos durante el transporte y el procesamiento hace que miles de millones se liberen involuntariamente en los ríos y océanos a través de tuberías de efluentes, expulsados de la tierra o por medio de derrames industriales.
«Lágrimas de sirena» es un apodo apropiado cuando consideramos el daño potencial que tienen en la vida marina. Su tamaño pequeño, su forma redonda y su variedad de colores los convierten en alimentos atractivos, fácilmente confundidos con huevos de peces y presas pequeñas. Este «alimento» tiene un problema adicional: contiene sustancias químicas nocivas.
Para poder darnos una pequeña idea del daño que hacen, se estima que anualmente en el Reino Unido se liberan hasta 53 mil millones de ‘lágrimas de sirena’ de la industria del plástico. Esa es la misma cantidad que se necesitaría para hacer 88 millones de botellas de plástico.
Encontraron plástico en 50 ballenas muertas, delfines y focas
En un nuevo estudio, realizado por la Universidad de Exeter, examinaron al rededor de 50 mamíferos marinos, de diferentes especies, y lo que encontraron fue sorprendente: en todos había restos de plástico.
Los investigadores destacan que los restos de plástico descubiertos dentro de los cuerpos de docenas de ballenas, delfines y focas muertas no eran bolsas de plástico o pajitas, sino fibras sintéticas de la ropa. Continuar leyendo…