Río de Janeiro deslumbra con su energía, su costa y sus íconos mundialmente famosos… pero más allá de la ciudad existe un universo de lugares que sorprenden por completo. A menos de dos horas, el estado esconde ciudades serranas, pueblos coloniales, bahías cristalinas, islas sin autos, rutas de montaña y playas salvajes.
Si buscas respirar aire fresco, cambiar de paisaje o descubrir un Brasil distinto en escapadas cortas, estos 9 destinos revelan toda la diversidad del estado.
1. Petrópolis: historia imperial entre montañas y jardines
El ascenso por la sierra cambia todo: el aire se vuelve más frío, el verde más intenso y la atmósfera más calma. Así recibe Petrópolis, la Ciudad Imperial, antiguo refugio veraniego de la realeza brasileña.
Aquí se mezclan palacios, arquitectura europea y bosques densos.
Imperdibles:
- Museo Imperial (antiguo Palacio de Verano de Pedro II)
- Palacio de Cristal
- Catedral de São Pedro de Alcântara
- Casa de Santos Dumont
Para quienes buscan naturaleza, el Parque Nacional da Serra dos Órgãos ofrece trekking de montaña, incluido el famoso sendero hacia el Morro do Açú, uno de los miradores más impactantes del estado.
Petrópolis es perfecta para caminar, explorar barrios históricos, visitar cervecerías tradicionales y sentir que viajaste en el tiempo.

2. Teresópolis: capital del montañismo y la aventura
A pocos kilómetros, Teresópolis cambia totalmente el paisaje. Picos que superan los 2.000 metros, valles profundos, formaciones rocosas únicas y un clima serrano fresco.
El Parque Montanhas de Teresópolis concentra senderos para todos los niveles:
- Caminatas suaves en bosques húmedos,
- Ascensos intensos hacia miradores,
- Rutas de escalada entre gigantes de piedra.
Formaciones icónicas como Pedra do Camelo o el Morro da Mulher de Pedra dominan el horizonte. Además, puedes visitar cascadas como la dos Frades, recorrer el mercado artesanal Feirarte y conocer el famoso Centro de Entrenamiento de la Seleção Brasileira, que ofrece visitas guiadas.
3. Saquarema: surf, atardeceres y vibra costera
La transición serrana queda atrás y aparece Saquarema, un destino relajado donde la cultura del surf lo impregna todo.
La Praia de Itaúna es sede de campeonatos internacionales y tiene una de las mejores olas del país. Pero Saquarema también ofrece:
- Caminatas por la costa,
- La Iglesia de Nossa Senhora de Nazaré con vistas panorámicas,
- Lagunas tranquilas para paseos,
- Pequeños bares frente al mar.
Es ideal para combinar naturaleza, deportes acuáticos y vida local auténtica.

4. Niterói: arte, playas y las mejores vistas de Río
Cruzar el puente desde Río ya es un espectáculo: la bahía, los morros y el mar abren el panorama hacia Niterói, una ciudad más ordenada, tranquila y moderna.
El ícono absoluto es el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Oscar Niemeyer, una “nave espacial” suspendida sobre un acantilado.
Además, Niterói sorprende con playas hermosas y locales:
- Itacoatiara (surf y morros),
- Itaipú (ambiente bohemio y pescado fresco),
- Camboinhas (aguas calmas ideales para nadar y hacer SUP).
El Parque da Cidade es un imprescindible: uno de los mejores miradores del estado, con vista a toda la Bahía de Guanabara y a Río enmarcado por el océano.
5. Ilha Fiscal: un palacio flotante en la bahía
En medio de la Bahía de Guanabara se encuentra la pequeña Ilha Fiscal, escenario del “último baile del Imperio” brasileño.
Se llega en barco desde la Marina, lo que ya convierte el paseo en una experiencia única: ver Río desde el agua es otra forma de conectarse con la ciudad.
El pequeño palacio verde sorprende por su arquitectura detallada, vitrales, torres y salones donde se reconstruye la vida de la corte en sus últimos días. Es un paseo corto, fácil y muy recomendado si te interesa la historia o la arquitectura.

6. Ilha Grande: un mundo sin autos y con naturaleza intacta
A poco más de una hora del continente, Ilha Grande es un paraíso de selva, mar turquesa y senderos que conectan playas escondidas. No hay autos, solo caminos de tierra y sonidos de la Mata Atlántica.
Entre sus playas más icónicas:
- Lopes Mendes, considerada una de las más lindas de Brasil.
- Lagoa Verde, ideal para snorkel.
- Aventureiro, hogar del famoso “coco inclinado”.
- Dois Rios, con ruinas de un antiguo presidio.
- Caxadaço, un rincón remoto para aventureros.
Kayak, trekking, buceo, lanchas y travesías largas: Ilha Grande es para quedarse más de un día.
7. Mangaratiba: tranquilidad, mar calmo y naturaleza exuberante
Mangaratiba es la puerta tranquila hacia Angra dos Reis. Con montañas verdes, playas pequeñas y mar sereno, es ideal para quienes buscan desconectar, nadar y explorar sin multitudes.
Destacan:
- Praia do Sahy, perfecta para familias.
- Ibicuí, con agua transparente.
- La Cachoeira Véu da Noiva, escondida entre la selva.
- Senderos dentro del Parque Estadual Cunhambebe.
Desde aquí salen paseos en lancha hacia islas cercanas e incluso hacia los primeros puntos de Angra.

8. Nova Friburgo: un toque europeo en pleno Brasil
Rutas panorámicas, clima fresco, montañas gigantes y arquitectura con influencia suiza y alemana. Nova Friburgo ofrece un Brasil completamente diferente.
Entre sus principales atractivos:
- Pico da Caledônia, uno de los miradores más altos del estado.
- Parque Estadual dos Três Picos, para trekking y escalada.
- Los pueblos de Lumiar y São Pedro da Serra, con ríos, cascadas, ferias artesanales y un ambiente musical relajado.
La ciudad también es famosa por sus chocolaterías, cervecerías y restaurantes típicos.
9. Paraty: historia colonial, selva y mar en una postal perfecta
Calles empedradas, fachadas coloniales, manglares y la inmensa Mata Atlántica como telón de fondo: Paraty combina historia y naturaleza como pocas.
Aquí puedes:
- Recorrer el centro histórico del siglo XVIII,
- Navegar por sus bahías e islas,
- Hacer kayak o stand up paddle,
- Caminar hacia playas escondidas como Sono, Antigos o Ponta Negra,
- Visitar cascadas en la región de Penha,
- Conocer antiguos alambiques de cachaça.
Paraty es arte, mar, selva y tradición.

Estas escapadas a menos de dos horas de Río muestran que Brasil no es solo playa: es montaña, historia imperial, bahías turquesas, selva atlántica y ciudades que viven a otro ritmo.

