Noruega es uno de los países favoritos por la mayoría de los turistas que viajan al norte de Europa. Ya sea por sus fiordos, por su cultura o por la historia del país, termina siendo un lugar donde muchos viajeros deciden volver ya sea de visita o incluso a vivir, gracias a su estabilidad y oportunidades.
Oslo, la capital de Noruega es una ciudad bonita por donde se la mire: pintoresca, repleta de callecitas peatonales, tiendas y bares que realmente valen la pena visitar.
Dentro de la belleza de la ciudad, se encuentra un lugar emblemático y curioso: el Frogner Park, uno de los parques más grandes de la ciudad y el lugar elegido por todos para correr, caminar y disfrutar de tiempo al aire libre. El parque es el lugar de encuentro de los noruegos para hacer un picnic o una barbacoa.
Noruega y naturaleza van de la mano y el Frogner Park no es la excepción, dentro del parque se encuentra la colección de rosas más grande del país albergando más de 14 mil plantas y 150 especies.
Claro que durante los meses de verano es uno de los lugares mas concurridos gracias a sus actividades propuestas para todas las edades, las canchas de bádminton y la piscina municipal al aire libre. Es un lugar de encuentro, un lugar donde todos pueden disfrutar y donde, en su interior, se encuentra uno de los lugares “ocultos” y más misteriosos de Oslo: el Parque de Esculturas Vigeland. Aquí te contaremos el por qué.
Un parque dentro de un parque: un lugar misterioso y extraño para una ciudad que pareciera ser tan organizada y estructurada pero, que hace que todos estos pensamientos se esfumen dejándose llevar por el arte y las historias detrás de lo que se ve en este lugar.
El Parque de esculturas Vigeland es un museo al aire libre: un espacio sorprendente y curioso; un lugar que uno no esperaría que se encuentre más que en un museo de arte pero que en este caso representa eso que coincide en todos los seres del mundo, sin importar el país o la región donde se encuentren: la vida.
Gustav Vigeland, su creador y escultor noruego, fue el encargado de crear las obras que adornarían el Frogner Park. Con algunas oposiciones con respecto a lo que se representaría en un parque, el Consejo de la ciudad decidió continuar con el proyecto haciendo que hoy en día sea uno de los parques más emblemáticos y curiosos del mundo.
Dato viajero: El museo Vigeland se encuentra en la ciudad de Oslo (muy próximo al parque) y expone obras y esculturas del intrépido y contemporáneo Gustav Vigeland.
Gustav Vigeland dejó toda su impronta en el parque ya que, además de ser el encargado de esculpir las obras, formó parte del diseño y arquitectura de los jardines. Lamentablemente el escultor nunca pudo ver al Frogner Park en todo su esplendor ya que falleció en el año 1943 y el parque se concretó en el año 1950.
El Parque de esculturas Vigeland se desarrolla en un espacio de 32 hectáreas contiguas, cuenta con 200 esculturas hechas de granito, hierro forjado y bronce, representando personas en tamaño real. Es interesante imaginar la repercusión que puede haber generado la obra en 1920, cuando comenzó su construcción, pero cuán adelantada estaba la ciudad y el país para aceptar una obra de arte de dicho escultor y temática.
Se pueden ver desde niños hasta adultos en distintos estados de ánimo y representando, según el mismo escultor, situaciones de la vida. Es muy interesante recorrer el parque observando todas las esculturas y sintiéndose representado por varias de ellas.
Personas peleando, padres jugando con sus hijos, niños corriendo y, el más famoso: “sinnataggen”, que en noruego significa gruñón, el cual literalmente representa a un bebé en pleno estado de enojo y llanto (por alguna razón será el más famoso… ¿será que cualquier padre o madre entendería esta situación a la perfección?).
Las esculturas se desarrollan a los laterales de lo que simula ser un puente y culminan con un monolito de 17 metros esculpido con cientos de figuras humanas entrelazándose entre sí representando el ciclo de la vida. Dicho monolito fue creado sobre un bloque de granito macizo y esculpido durante 14 años bajo a supervisión de Vigeland, una verdadera obra de arte y sobre todo, dedicación.
Todo el parque Vigealand, representa la instalación de esculturas más grande del mundo hechas por un mismo artista, además de ser el lugar donde recibe entre 1 y 2 millones de visitantes al año gracias a lo curioso, misterioso y ecléctico del parque.
El Frogner Park y el Parque de Esculturas Vigeland es una visita imperdible dentro de los atractivos de Oslo. Más allá del frío que pueda hacer en invierno, el parque está abierto las 24 horas del día durante los 365 días del año e invita a todos los viajeros (y locales) a descubrir las esculturas, sus figuras y lo que representan. Un parque realmente digno de ver.