Como si se tratara de un fenómeno repetido con Argentina, México también presenta un pueblo que ha quedado hundido en sus ruinas bajo el agua. Sin embargo, a modo de contraste, esta vez nada tiene que ver -o sí- un fenómeno de la naturaleza.
El municipio de Padilla es uno de los 43 municipios en que se encuentra dividido el estado mexicano de Tamaulipas, localizado en la zona central del estado. Allí, la construcción de una presa hizo estragos con la población que habitaba el lugar: la Presa Vicente Guerrero o también conocida como la Presa Las Adjuntas.
Haciendo un poco de historia, es importante destacar que la Villa Padilla, como se conoció inicialmente, fue fundada por José de Escandón el 6 de enero de 1749. Fue conocida en la Colonia con el nombre de San Antonio de Padilla, en honor de doña María Padilla, esposa del Virrey Conde de Revillagigedo.
En el año 1970, en Tamaulipas se construyó la presa Vicente Guerrero con el propósito de obtener y controlar el agua de los ríos Corona, Purificación y Pilón. Su embalse es el sexto mayor de México con una capacidad de albergar 3,900 hectómetros cúbicos de agua.
El 27 de septiembre de 1971 se celebró la inauguración de la Presa Vicente Guerrero. Desafortunadamente, entre las consecuencias previstas debido a esta instalación, ya se sabía que el poblado de Padilla pasaría a quedar inhabitado. La población fue previamente trasladada a la Nueva Villa de Padilla.
Acto seguido, y con el inicio de operación de la presa, Padilla pasó a convertirse en un pueblo sumergido en el agua. Hoy en día sólo han quedado restos de pequeñas edificaciones y haciendas, que esperan a los viajeros más curiosos dispuestos a recorrer Padilla para rememorar su historia.
Con el objetivo de implementar acciones estratégicas que propicien oportunidades para la creación y fortalecimiento de la economía municipal, desde Padilla intentan desarrollar el proyecto turístico en torno a la presa Vicente Guerrero. Principalmente, los pescadores de la zona ofrecen paseos en lancha para descubrir en detalle el deterioro que tiene como protagonista a este lugar. También se ha promovido la práctica de la pesca deportiva en la zona.
Si estás pensando en visitar Tamaulipas, ¡recorrer Padilla tiene que ser un paseo obligado en tu lista! Una escapada a este poblado podría ser una excelente experiencia. Gracias a este recorrido será posible apreciar cómo su riqueza arquitectónica ha quedado sepultada bajo las aguas en el vaso de la Presa Vicente Guerrero, como fueron: la Hacienda de San Juan, La Generala; parroquia de San Antonio de Padua; Hacienda de San Francisco.
En las márgenes de la presa Vicente Guerrero, se pueden encontrar especies variadas como jabalí, venado cola blanca, liebre, conejo, gato montés, víbora de cascabel y coralillo, además de especies migratorias como anátidos y paloma ala blanca, por lo que recorrer Padilla también será un verdadero contacto con la naturaleza.
Un dato a tener en cuenta si quisieras recorrer Padilla es que, durante las últimas semanas, el bajo nivel de la presa alejó el agua a casi un kilómetro de donde se ubican los campos pesqueros que se localizan en este lugar. En efecto, gracias a las fotografías tomadas por los locales, ha sido posible revelar cómo las edificaciones de las antiguas ruinas de Viejo Padilla han resultado al descubierto:
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