Experiencia Frida Kahlo: todo lo que debes saber si viajas a México

Frida Kahlo
Redactor

La figura de Frida Kahlo ha crecido de manera exponencial en estas últimas décadas, convirtiéndose en un ícono que trasciende fronteras. Figura imposible de obviar si hablamos de arte y, sobre todo, si hablamos de México. Artista singular y única, y con una historia de vida trágica y apasionante por partes iguales, es alguien que invita a miles de turistas a elegir México, y CDMX en particular, a la hora de conocer nuevos lugares. En el siguiente artículo, te comentaremos todo lo que necesitas saber sobre una verdadera experiencia Frida Kahlo.

Frida Kahlo: la mujer de una mirada particular

Seguramente haya quienes estén pensando que Frida Kahlo es simplemente una moda pasajera, producto de algún tipo de plan de marketing que ha hecho que tanto su obra como el merchandising aparte aumentaran su valor de manera exponencial. Sin embargo, la historia demuestra lo contrario: esta artista mexicana, nacida el 6 de julio de 1907, se convertiría en una referente del surrealismo mexicano para la posteridad – incluso pese a su propio deseo. Criada en un ambiente artístico, nadie en su familia podía sospechar que esa mujer que hasta los 18 años no había demostrado mayor interés por la pintura terminaría dejando su nombre grabado para posteridad.

Hasta su juventud, Frida era una entusiasta de los deportes, sobre todo con el fin de reponerse de una poliomelitis (un virus que puede provocar parálisis ya que ataca la espina dorsal) que tuvo de pequeña. Como secuela de esa enfermedad, tuvo la pierna derecha más delgada que la izquierda durante el resto de su vida. En total, fueron 9 meses en cama los que tuvo que atravesar. Algo que volvería a experimentar en 1925, cuando viajaba en autobús y un tranvía embistió al vehículo hasta dejarlo destruido. Kahlo se fracturó su columna en tres partes, además de serias lesiones en la pelvis, la clavícula y las costillas. Sin embargo, uno de los datos más escalofriantes de ese accidente fue que un pasamanos la atravesó por completo, entrando por su cadera izquierda y saliendo por su vagina. Ese dolor la marcaría a fuego y sería reflejado en muchas de sus obras.

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Frida durante sus meses en cama.

Fue en ese momento cuando Kahlo encontró en la pintura una suerte de consuelo y apoyo: gracias a la instalación de un caballete especial, la joven de 18 años pudo pintar mientras permaneció tres meses en cama, a la vez que un espejo colocado en la parte superior del mismo le permitía ver su propio rostro, algo que fue vital para sus célebres autorretratos. «Me retrato a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor conozco», solía decir al respecto de sus primeros cuadros.

Otro factor a tener en cuenta en su juventud fue su adhesión al nacionalismo revolucionario de la época, el cual influía tanto en su forma de vestir como en su forma de actuar. En 1943, en su “Autorretrato como Tehuana”, se pinta a sí misma como una mexicana auténtica, haciendo especial hincapié en sus rasgos mestizos fruto de una combinación de sangre alemana, española y aborigen. De ideas de izquierda, su breve y clandestina relación con León Trotsky pasaría a la inmortalidad.

La casa de Frida Kahlo en CDMX

Ahora que ya sabemos un poco de su historia, para quien tenga pensado viajar a CDMX y no quiera perderse de conocer los rastros de Frida Kahlo en la ciudad, hay una serie de alternativas para entender lo esta artista representa a la historia y la cultura del país. Para comenzar, existe un sitio indispensable que no se puede evitar: La casa de Frida

El Museo Frida Kahlo se encuentra en la calle de Londres 247, en medio de uno de los barrios más pintorescos y antiguos de CDMX, Coyoacán. También conocido como la Casa Azul por su intenso color, este museo es uno de los sitios turísticos y culturales más importantes de todo México. El inmueble, que era propiedad de la familia Kahlo desde 1904, sirvió de vivienda de la artista y, tras su muerte en 1954, fue convertido en museo en 1958. Para muchos, la casa de Frida es un hito de la Ciudad de México que debe visitarse aunque no se esté particularmente interesado en la obra de la artista, ya que posee también un valor histórico y representativo de la arquitectura de la época. En ese sentido, el padre de Frida, Wilhelm Kahlo —un húngaro-alemán de nacimiento—, edificó la vivienda siguiendo las costumbres de aquel entonces, con un patio central al que desembocaban los cuadros y detalles exteriores de corte francés.

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Para los especialistas, este lugar explica mucho de la obra de Frida. Allí vivió y murió, y aunque vivió en distintos lugares junto a Diego Rivera tras su casamiento, ella siempre elegía regresar a la casona de Coyoacán. Los objetos personales que se pueden encontrar a lo largo de la propiedad develan el universo íntimo de una artista, Además, podremos encontrar tres obras de gran importancia dentro de su obra: Viva la Vida (1954), Frida y la cesárea (1931), Retrato de mi padre Wilhem Kahlo (1952), entre otras. El valor de las entrada supera los 30 dólares y posee distintos adicionales como guías en idiomas. Ten en cuenta reservar con tiempo ya que es muy concurrido.

No todo termina en la Casa Azul

Ya te contamos sobre el sitio más representativo de la historia de Frida Kahlo. Sin embargo, ella vivió durante casi toda su vida en la Ciudad de México y por esto hay muchos otros rincones de la ciudad que también están estrechamente vinculados con su historia personal y también con su obra. Por ejemplo, el Registro Civil donde se casó Frida Kahlo en Coyoacán con Diego Rivera en 1929. Si bien no hay ni siquiera una placa conmemorativa, es un punto que puede resultar de interés.

En la misma dirección, podemos hablar del Museo Casa de León Trotsky. Si se tiene en cuenta que el matrimonio entre Kahlo y Rivera se escapaba de las convenciones de la época, en donde las relaciones extra maritales eran moneda corriente, la figura del dirigente soviético ocupa uno de los capítulos más revisitados por los historiadores. Así, ese breve e intenso romance entre Trotsky y Frida sigue dando de qué hablar hoy en día. Instalado en México en 1937 desde que el entonces presidente Lázaro Cárdenas le concediera asilo político, estrechó una cercana relación con la pareja de artistas, quienes lo invitaron a vivir a la Casa Azul ya que ellos no residían allí. Poco después, el pensador soviético se mudaría a una residencia en la actual Avenida Churubusco y que en la actualidad es el sitio dedicado a revisar su vida en el país latinoamericano. Si bien no hay ninguna referencia explícita a Frida en este lugar, es un muy buen complemento para tener una experiencia Frida Kahlo.

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Foto: museotrotsky.com

Una foto con Frida Kahlo 

Conscientes de la pasión y admiración que despierta la artista mexicana tanto en los locales como en los turistas, existen muchos puntos en Coyoacán en donde sacarse una foto con ella e incluso también con Diego Rivera. Por ejemplo, en la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles (calle de Francisco Sosa 202) se puede encontrar esculturas en tamaño natural de la pareja de artistas: Frida se encuentra sentada en una banca con espacio para una persona más, mientras que Rivera se mantiene de pie. El fin de esta parada es totalmente anecdótico, ya que no forma parte de la vida de la artista, pero puede ser un buen recuerdo de viaje.

Parque Frida Kahlo, un lugar especial Coyoacán

En el extremo opuesto de Coyoacán, ubicado en la esquina de Fernández Leal y avenida Pacífico, se puede encontrar el Parque Frida Kahlo, el cual se abrió en 1984 tras poner en valor una zona de terrenos abandonados. Una de sus principales atracciones es su tranquilidad, ya que se encuentra lejos de los principales puntos turísticos de Coyoacán.  Se pueden encontrar una escultura en bronce de Frida, apoyada en una pequeña pirámide. En otra ubicación, dos esculturas también en tamaño real de Diego y ella, para salir junto a la pareja. Otra atracción es la fuente central, con la escultura de una mujer abrazando sus piernas.

Frida Kahlo más allá de Coyoacán

Por último, se pueden seguir los rastros de Frida por fuera de CDMX, sobre todo en relación con su obra. Como no podía ser de otra manera, los museos más importantes de la capital mexicana le dedican especial interés a su trabajo. En ese sentido, el Museo Casa Estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo, en el barrio de San Ángel, en donde la pareja artística vivió a partir de 1934. Está ubicado en la Avenida Altavista y Diego Rivera y sirve para conocer más a fondo la vida y obra de ambos, aunque en este caso se pone más el eje en Diego.

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Frida Kahlo y Diego Rivera

Luego se puede encontrar el Museo Dolores Olmedo, una de las patrocinadoras del arte de ambos. Allí se encuentra una colección más que variada e interesante de Kahlo y Rivera, así como también de otros artistas mexicanos. Su dirección es en la Avenida México 5843, Hacienda La Noria, Xochimilco

Para finalizar, no podemos obviar el Museo De Arte Moderno de CDMX, en donde también se encuentran obras de ambos, como el popular “Las dos Fridas”. Su ubicación es Paseo de la Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec. 

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