A la hora de visitar Ciudad de México, el Estadio Azteca es uno de los puntos más elegidos tanto por los amantes del fútbol como por quienes quieren conocer a uno de los sitios más especiales dentro de la cultura popular de la región. Escenario de grandes hazañas y leyendas, este recinto deportivo supo albergar a las grandes figuras mundiales del deporte más importante de la actualidad. Ahora bien, el Estadio Azteca tiene una historia más que particular que no suele ser demasiado contada y que resulta más que importante para terminar de conocerlo en profundidad.
Estadio Azteca: más de 50 años de historia
Un 29 de mayo, pero de 1966, era inaugurado el Estadio Azteca, también conocido como «el Coloso de Santa Ursula» por estar emplazado en los antiguos terrenos del pueblo de Santa Úrsula Coapa en Coyoacán, uno de los barrios más conocidos de CDMX. Quien estuvo a cargo de esta inversión fue Emilio Azcárraga Milmo, por entonces dueño de Televisa e hijo del fundador de la cadena televisiva. El nombre de “Estadio Azteca”, con el que recorrería el mundo, surgió de un concurso nacional en el que las personas tenían que proponer cómo bautizar a la cancha. Quien recogiera más votos, sería el ganador. Antonio Vázquez Torres, oriundo de León Guanajuato, fue el afortunado.
Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares Alcérreca fueron los arquitectos encargados de llevar a cabo este proyecto que empezó en 1962 con un objetivo: ser una de las sedes del Mundial de Fútbol que se realizó en México en 1970, el primero en tierra azteca. Durante la su cimentación, se debieron desalojar 180 millones de kg de roca del ya extinto volcán Xitle, lo que llevó el esfuerzo conjunto de 34 ingenieros, 15 técnicos y 800 obreros. Entre sus particularidades, el campo de juego está emplazado a unos 9.50 metros por debajo del nivel del suelo y, para evitar inundaciones, posee un sistema de drenaje especial. Su ubicación es Calzada de Tlalpan 3665, colonia Exejido de Santa Úrsula Coapa, delegación Coyoacán, Ciudad de México.
En 1997, la empresa Televisa –la cual continúa siendo la dueña del estadio-, impulsó el cambio de nombre del Estadio Azteca a «Guillermo Cañedo», por motivo del fallecimiento del dirigente y empresario futbolístico, llegando a ocupar la presidencia del América y de la de la Federación Mexicana de Fútbol durante la década de 1960 -1970. La decisión generó tanto rechazo social que tuvo que ser retirada por la cadena, dejando el nombre original al estadio. El club América hace las veces de local en esta cancha, aunque también ha sabido albergar al Necaxa, Cruz Azul y Atlante y alberga a 87 000 personas (resultado de sus últimas refacciones), siendo el cuarto estadio más importante del continente.
Una casa para las estrellas
Al hablar del Estadio Azteca, resulta imposible no pensar en las grandes personalidades que desfilaron en su interior. Tan solo pensando en el fútbol, fue testigo del último partido mundialista de Pelé (Edson Arantes Do Nascimento) y de un Diego Maradona en su máximo esplendor, marcando el que fue considerado “El gol del siglo” tras apilar a medio equipo inglés antes de anotar el gol. Con la confirmación de la candidatura de Canadá, Estados Unidos y México como sede de la Copa del Mundo de 2026, el Estadio Azteca ya se prepara para escribir una nueva página de gloria deportiva. Hasta el momento cuenta con un hito que no se ha podido igualar: ser el único estadio que albergó dos finales del mundo, ya que también fue sede del partido definitivo en la edición de 1986, en donde Argentina se alzó con el triunfo.
Además, con el paso del tiempo y fruto de la globalización, en su interior han tenido lugar diferentes tipos de espectáculos, como conciertos masivos de estrellas de primer nivel como Elton John, Paul McCartney o U2, además de otra clase de eventos masivos. En ese sentido, podemos hablar de peleas de boxeo (Julio César Chávez vs. el estadunidense Greg Haugen), partidos del Super Bowl o incluso la visita de Juan Pablo II, un acontecimiento que quedó marcado a fuego en la historia del estadio debido a la fuerte creencia católica que posee México.
Una parada especial para los turistas
Por último, podemos mencionar que cada año miles y miles de turistas eligen el Estadio Azteca como uno de los puntos que no se pueden perder dentro de la Ciudad de México. En esa dirección, en Intriper ya te compartimos un itinerario para que tengas en cuenta su distancia con otros puntos de interés. Resulta importante destacar que, a diferencia de otros recintos deportivos, el Azteca ha sabido conservar su tradición sin descuidar las constantes renovaciones –la última tuvo lugar a fines del 2019- que el avance del fútbol y los negocios vinculados a él demandan.
“El fútbol existe para esperar milagros”, supo decir el escritor mexicano Juan Villoro, quien en 2006 presentó su libro Dios es redondo en el mismísimo Azteca, marcando un verdadero hito para el mundo literario, y esta cancha así parece marcarlo. No son pocos los que esperan ansiosos a la Copa del Mundo de 2026 para saber qué página importante del deporte más popular se escribirá dentro de ese terreno de juego. Mientras tanto, el Estadio Azteca es un imperdible dentro de todo viaje a la Ciudad de México incluso para los no amantes del fútbol. Si se sigue la experiencia del músico argentino Andrés Calamaro, incluso quienes no sean amantes del fútbol van a sentir algo especial al ver “al gigante”.