Rüdesheim am Rhein es un pequeño poblado situado en el centro de Alemania, a una hora y media en tren desde Frankfurt. Se encuentra a orillas del Rin y es uno de los tantos pueblos encantados que tiene este país, donde todo pareciera quedado en el tiempo, casas típicas salidas de un cuento, gente adorable, un ritmo muy tranquilo y hacia donde mires: viñedos.
Es la puerta de entrada al Valle Medio Alto Rin (Patrimonio Mundial UNESCO) y una de las regiones vitivinícolas más prolíficas y pintorescas de Alemania. Todo gira en torno al Riesling.
La variedad Riesling es una de las más queridas y anheladas para los amantes del vino. Originaria del valle del Rin, en Rheingau (Alemania). Su existencia se remontan al siglo XV y tiene entre sus cepas familiares las famosas Chardonnay, la Aligoté o la Gamay, entre otras.
Es sin duda una variedad muy aromática. Afrutada y floral, en los climas frescos donde se da tan bien puede dar notas de fruta verde y chispas cítricas. En climas más templados, los aromas cítricos y de fruta de hueso son más pronunciados, y si la zona es más calurosa y el otoño largo y soleado, los aromas pueden llegar a ser de frutas tropicales.
Cómo llegar a Rüdesheim am Rhein
En Alemania (y en la mayoría de los países de Europa), la mejor opción es el tren. Rápido, puntual, súper cómodo, servicio a bordo, fácil de sacar y llega al centro del pueblo. Tal vez no es la opción más económica, pero definitivamente es la mejor.
Hay un billete de tren llamado Hessenticket válido durante un día entero y para hasta 5 personas por 33 euros en total. Éste billete te permite tomar cualquier tren regional que circule por el estado de Hesse durante el día de validez. Se puede comprar en las máquinas verdes, las que llevan el logo de la RMV que hay cada dos pasos en la estación de Frankfurt.
Entre Frankfurt y Rüdesheim hay trenes cada hora más o menos tanto a la ida como a la vuelta y el trayecto dura 1 hora y 25 minutos aproximadamente.
Cúanto tiempo conviene quedarse en Rüdesheim
Bueno, esta pregunta es muy personal y depende claramente de los tiempos, presupuesto y objetivos que tengan.
Si es por recorrer el pueblo, en un día pueden hacerlo; sin embargo lo más lindo de Rüdesheim es cuando los turistas no están, o sea, a partir de las 17 hs o bien temprano en la mañana. Y para lograr disfrutar eso, sí les recomendamos que se alojen al menos una noche. No solo los atardeceres en los viñedos son realmente mágicos, sino que hay pequeños hoteles familiares que son un sueño!
Además, fuera de los horarios de mayor tránsito, si uno camina entre los viñedos puede ocurrir que algún local salga a saludar y lo invite a entrar a su patio para probar un copita de su producción. La gente de la zona es muy hospitalaria, y la mayoría de las familias ofrece incluso alojamiento en su casa. Aman al turismo y son realmente serviciales, además de fanáticos de los vinos, y la historia de su lugar. La charla comienza sobre tema vendimia, la calidad de la cosecha, mientras se vacía la botella y se distiende la conversación pasarán a fútbol, costumbres de cada país, familia… y cuando se den cuenta, sus recuerdos sobre Rüdesheim serán acerca de esa charla entre vinos con los nuevos amigos que hicimos en ese pueblito lindo de nombre difícil.
La riqueza cultural, arquitectónica, histórica y gastronómica lo convierten en uno de los lugares más interesantes para visitar en el país. Aquí la comida (como en toda Alemania) es cosa seria. Si buscan tradición, abundancia (los platos son gigantes y en muchos pasos), mejores vinos, y música y festejos en cada comida, bienvenidos al paraíso.
Qué hacer en mi estadía en Rüdesheim
Primero que nada, el plan es disfrutar, caminar, perderse y no tener un itinerario tan estricto. En serio que el pueblo es para ir descubriéndolo mientras lo que ves, hueles, y escuchas va llamando tu atención. Relajarse y tentarse es la mejor forma de conocer Rüdesheim.
Obviamente hay sitios muy interesantes y actividades recomendadas que podrían realizar en su estadía. Aquí van algunas de ellas.
Teleférico
Si desea concentrarse en disfrutar de las vistas panorámicas sobre el valle del Rin sin tener que caminar por las colinas, el teleférico de Rüdesheim transporta a los visitantes hasta el monumento de Germania. Las vistas desde las alturas del teleférico ofrecen un panorama impresionante sobre los viñedos y las brillantes aguas del río Rin. Además, los visitantes pueden disfrutar de un telesilla en el castillo de Niederwald en el cercano Assmannshausen, un pueblo romántico que bien merece una visita.
Klunkhardshof
Ubicado detrás de la bulliciosa plaza del mercado se encuentra el Klunkardshof, una de las reliquias históricas más importantes de la ciudad. El edificio de dos pisos con entramado de madera data de principios del siglo XVI y una vez fue propiedad de la respetable familia Klunkhard. Uno de los edificios más antiguos de Rüdesheim, fue restaurado a su esplendor original en 1912. El edificio es un excelente ejemplo de la arquitectura medieval alemana y permite a los visitantes obtener una visión auténtica del desarrollo histórico de la ciudad.
Castle Cruises
Ubicado muy cerca de Rüdesheim hay varios castillos notables que se exploran mejor a través de un crucero por el río. Según el sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO, el Valle Medio del Rin ofrece una de las mayores concentraciones de castillos históricos de cualquier región fluvial. Las atracciones incluyen el deslumbrante Castillo Rheinstein y Reichstein, así como las ruinas de Ehrenfels, el Castillo Klopp y la Torre del Ratón. Los precios de los boletos son razonables e incluyen viajes de ida y vuelta desde Rüdesheim u otras ciudades cercanas. Pasar un día relajado a bordo de los cruceros mientras disfruta de las magníficas vistas sobre el valle del Rin y aprende sobre el desarrollo histórico de una de las regiones más bellas de Alemania es una experiencia única!
Drosselgasse
Drosselgasse es una calle situada en el corazón del casco antiguo de Rüdesheim. Se considera que es la primera calle de la ciudad, mide 144 metros de largo por 3 metros de ancho. Está llena de restaurantes bellamente decorados y durante todo el día y toda la noche se puede escuchar música en directo procedente de las numerosas tabernas que se pueden encontrar en la calle. Esta calle es visitada anualmente por tres millones de personas
Las distancias dentro del pueblo son totalmente caminables, o pueden rentar alguna bicicleta que es también una gran opción. Si nos preguntan, se toman un riesling y van al rito que Rüdesheim les sugiera.
Gude!
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