Una verdadera heroína: Theresa Kachindamoto es una líder local en Dedza, una localidad de unos 900.000 habitantes ubicada cerca de la frontera con Mozambique.
En los últimos tres años ha liderado la lucha feminista y ha logrado sacar a casi 1000 niñas que habían sido entregadas en matrimonio con hombres adultos y las ha enviado junto con otras cientos de mujeres más a estudiar, otro derecho que les es negado tanto en Malawi como en otros países del continente.
Según datos de la ONU, Malawi tiene una de las tasas más altas de matrimonios infantiles en el mundo, con la mitad de sus niñas casadas antes de los 18 años.
En febrero de 2017, el país dio un paso importante para poner fin al matrimonio infantil al elevar la edad mínima para contraer matrimonio de 15 a 18 años, tanto para niñas como para niños.
Kachindamoto se ha dedicado a buscar a sus casas a las niñas que han dejado la escuela por matrimonio o embarazo. “Cuando las niñas se educan, todo es posible”, dijo una vez.
Theresa sigue luchando para liberar a estas niñas y niños y enviarlos a la escuela, a la que pertenecen. Ya ha logrado enviar a cientos de niñas y niños, junto a otros cientos de mujeres, a estudiar, en muchos casos pagando ella misma las cuotas de sus estudios.
Gracias a líderes como ella, cada vez más niñas y niños de todo el mundo disfrutan de su derecho a la educación.
Theresa Kachindamoto, la jefa principal en el distrito Dedza de Malawi Central y tiene a su cargo a unas 900.000 personas.
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Una de las terribles consecuencias del cambio climático en el continente africano es la gran desertificación que acosa a esta región y repercute en la población local. Sin embargo, desde hace doce años se ha estado poniendo en marcha la idea de crear un gran muro verde para devolverle vida a África.