Llegamos a Ámsterdam para la celebración de «Gay Pride Parade» o fiesta del orgullo gay, justo para conocer una de las ciudades más controversiales de la Unión Europea en su máxima expresión.
Personalmente, era un destino que me despertaba mucha curiosidad ya que se caracteriza por ser liberal y tolerante a temas como la prostitución, las drogas y la pornografía.
La realidad, es que también se toman muchas precauciones con respecto a esto. Las autoridades holandesas están pendientes de que se respete una serie de restricciones, especialmente cuando se habla de la venta de marihuana.
Como muchos habrán escuchado, están los conocidos “Coffee Shops” que son locales similares a un bar o cafetería, donde está legalizada la venta y el consumo de marihuana.
Hace unos años existían miles de Coffee Shops, de los cuales en la actualidad quedan sólo 300 debido a la presión que ejercen los países vecinos y hasta el propio gobierno holandés para reducir este tipo de turismo. Hasta el día de hoy continúan siendo verdaderas instituciones de la ciudad.
En el menú hay una infinidad de opciones para todos los gustos con docenas de cepas que producen diferentes efectos. Si tienen dudas, pueden preguntar para que los aconsejen y les den la información necesaria.
¿Qué puedo comprar en un Coffee Shop?
En el mostrador de estos lugares se puede comprar marihuana y todo lo necesario para armar un porro o simplemente, comprarlo listo para consumir. Además, se puede consumir marihuana de múltiples formas: tomándola en forma de té, fumándola en pipas de agua e incluso se pueden encontrar magdalenas hechas a base de cannabis. Es realmente sorprendente la cantidad de cepas que encontramos, todas con nombres que hacen referencia a sus efectos.
¿Hay alguna restricción para entrar?
El ingreso a estos lugares es para mayores de 18 años exclusivamente (hay que mostrar documento de identidad), se prohíbe el uso de teléfonos celulares y otros tipos de drogas que no sean marihuana. Además, no se permiten conductas violentas dentro de las tiendas ni la venta ambulante de estos productos. De hecho, se alerta a los turistas sobre no comprar marihuana a nadie que venda en la calle, sino que es más seguro dirigirse a un coffee shop.
¿Cuántos porros puedo comprar?
Como otra restricción, los coffee shops no pueden vender más de 5 gramos por persona. (serían entre 7 y 8 porros)
¿Puedo comprar marihuana y salir a fumarla a la calle?
Hay que tener en cuenta que nada de los que se vende en estas tiendas, es legal fuera de las mismas. Fumar marihuana en la calle o en un lugar público está igualmente penado por la ley. Supuestamente, hay que evitar consumir este tipo de productos fuera de los lugares designados para esto, aunque hay muchos que lo hacen.
Si continúan su viaje a otras ciudades, (en nuestro caso fue Berlín) no pueden llevarse lo que compraron en el Coffee Shop.
¿Puedo ir a tomar un trago a un Coffee Shop?
No, en contrapartida a todo esto, en la mayoría de estos lugares no se puede vender ni una sola gota de alcohol.
¿Puedo comprar hongos en un Coffee Shop?
No. Para eso están los “Smartshops” que enfocan su negocio en vender sustancias energizantes, setas alucinógenas de todo tipo (los famosos hongos), artefactos para fumar y una infinidad de accesorios.
De alguna manera, la ciudad está creada para experimentar estas cosas. Se pueden encontrar locales de comida abiertos hasta muy tarde dónde pueden comprarse delicias dulces para pasar el típico bajón.
Además, si vas a comprar recuerdos o souvenirs de la ciudad, está repleto de accesorios para armar un porro, chicles de marihuana, papel higiénico con dibujos de chalas, entre otros delirios.
Por todos lados, se brinda información sobre los efectos que provoca el cannabis u otras sustancias, recomendaciones y las precauciones a tomar para consumirlas.
Para los que quieren vivir la experiencia, sepan que estos lugares son muy tranquilos aunque al principio pueden resultar un poco abrumadores. Si se imaginaron caos y gente descontrolada, sepan que no es para nada eso (aunque puede que vean algún caso aislado).
No necesariamente tienen que comprar o consumir para entrar. Aquellos que no quieran fumar, pueden ir sólo de visita o hasta a tomar un cafecito. Y los que quieran hacerlo, tendrán toda la libertad del mundo para hacerlo.
