Dos docenas de barcos que se hundieron durante la Batalla de Iwo Jima, una de las batallas más épicas de la Segunda Guerra Mundial y una de las más sangrientas en la historia de los Marines de EE. UU., han sido levantadas del fondo del océano después de los temblores en uno de los volcanes más peligrosos de Japón: EL Monte Suribachi.
Las fotos satelitales de All Nippon News de Japón muestran los restos de los restos de 24 buques de transporte japoneses que fueron capturados por la Marina de los EE. UU. en la última parte de la guerra.
Fueron trasladados a la parte occidental de Iwo Jima para formar un puerto, ya que la isla no tenía tales instalaciones en ese momento.
El lecho marino ha comenzado a elevarse debido a la actividad sísmica del monte Suribachi, en particular en la parte occidental de la isla.
Como resultado de la actividad, los barcos hundidos están asentados sobre cenizas volcánicas.
Los barcos se utilizaron como rompeolas para proteger a otros barcos que descargaban soldados y materiales.
La isla era conocida como Brown Beach en los mapas de invasión, que supuestamente se hizo para crear una base naval artificial para apoyar una base militar estadounidense antes del asalto al Japón continental.
«El área del mar descolorida se ha extendido a las áreas circundantes, lo que indica que la actividad volcánica aún no ha disminuido», dijo Setsuya Nakada, director del Centro de Promoción de Investigación de Volcanes del gobierno, en una entrevista con el canal All Nippon News de Japón.
«Existe la posibilidad de una gran erupción en Iwo Jima».
Según datos de la Universidad Estatal de Oregón, ha habido al menos 10 erupciones en Iwo Jima, también conocida como ‘Isla Azufre’, y la más reciente ocurrió en 1982.
Ha habido al menos 10 metros de elevación en la isla desde 1952 debido a la actividad sísmica, según la universidad.
En agosto, las fotos satelitales capturaron el momento en que el volcán submarino Fukutoku-Okanoba, aproximadamente a tres millas al norte de la isla sur de Iwo Jima, había entrado en erupción.
Esto resultó en una nueva isla emergente en la cadena Ogasawara.
A principios de octubre, un terremoto de magnitud 6,1 sacudió a Tokio, lo que provocó que los edificios se balancearan y el tráfico se detuviera.
Japón se encuentra en el ‘Anillo de fuego’ del Pacífico, un arco de intensa actividad sísmica que se extiende por el sudeste asiático y la cuenca del Pacífico.
La semana pasada, un terremoto de magnitud 6,1 sacudió la costa noroeste de Japón y tampoco causó daños.
El país es golpeado regularmente por terremotos y tiene estrictas regulaciones de construcción destinadas a garantizar que los edificios puedan soportar fuertes temblores.