Cada vez más europeos buscan una experiencia musical auténtica y envolvente, y los bares diseñados para escuchar música están en auge. Inspirados en la cultura japonesa de los «listening bars», estos espacios combinan equipos de sonido de alta gama, vinilos y una atmósfera única para los amantes del audio de calidad.

Paul Noble, un exproductor de la BBC, fue uno de los pioneros en traer esta tendencia a Europa tras un viaje a Japón en 2012. «Allí los bares están organizados por género y la gente va realmente a escuchar, no a bailar ni a socializar», comenta. Así nació Spiritland, un bar en Londres con un sistema de sonido diseñado por Living Voice, donde la música se disfruta en su máxima fidelidad.
La fiebre de los «listening bars» no se detiene en Londres. Noble ha expandido Spiritland a Lisboa, donde ha abierto seis bares, dos de ellos dedicados exclusivamente a la música. La demanda ha crecido tanto que otros bares han comenzado a adoptar esta estética, aunque algunos, como All My Friends en Hackney Wick, prefieren mantener un enfoque más social.

Este auge va de la mano con el resurgimiento del vinilo, cuyas ventas han aumentado un 300% en los últimos ocho años. Sin embargo, Noble destaca que la alta fidelidad no depende solo del formato, sino de la calidad del equipo y la configuración del sonido.
Más allá de una simple moda, los bares de escucha se están consolidando como un nuevo estándar en la cultura musical europea, ofreciendo a los audiófilos un refugio donde la música es la protagonista absoluta.