Una vez más volvemos a escuchar noticias alarmantes sobre el nivel de contaminación de nuestros océanos. Lo cierto es que las cifras son preocupantes y están poniendo en riesgo a todas las especies que viven allí.
Algunas especies marinas como los corales y aquellas que forman parte de los arrecifes se están viendo afectadas por la acidificación de los océanos, al afectar su capacidad para regenerar sus conchas y esqueletos protectores.
Así lo determinó un artículo publicado este mes en la revista científica Frontiers in Marine Science, que prueba que la acidificación dificulta la reconstrucción de los caracoles marinos que ellos mismos producen.
Los investigadores realizaron un estudio, utilizando un escáner de tomografía computarizada 3-D para verificar que ciertamente la acidificación afecta su grosor, densidad y estructura externa, causando un deterioro visible en la superficie de la cubierta.
De acuerdo a los investigadores, entender la respuesta de los organismos marinos y su capacidad para construir y mantener sus conchas y esqueletos protectores será importante para nuestra comprensión de los ecosistemas marinos futuros.
Hasta el día de hoy, las emisiones de dióxido de carbono siguen aumentando a pesar a los acuerdos mundiales alcanzados en los últimos años.
A pesar de tantas advertencias, la acción humana ya ha dañado todo lo que ha encontrado a su paso, los bosques, el aire y los océanos, estos últimos tienen acumulados unos 5,25 billones de pedazos de plástico. Quizás sea el momento de tomar medidas y empezar a cuidar a nuestro planeta.
Europa propone prohibir plásticos para limpiar los océanos
La Comisión Europea presento hace unos días una serie de medidas para reducir la producción de plásticos y la contaminación que estos producen (especialmente en el mar). Para eso, quiere prohibir todo objeto de plástico de un solo uso: cubiertos, bastoncillos y sorbetes.
El objetivo es reducir a la mitad los desperdicios de estos productos con el objetivo de evitar daños sobre el medio ambiente que supondrían unos costes de 230.000 millones de euros en 2030 y la emisión de 3,4 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono ese mismo año. Continuar leyendo…
