A más de 30 metros de profundidad, escondidos bajo las calles del centro de Londres, se encuentran los Túneles Kingsway Exchange, un complejo subterráneo con una historia fascinante que pronto se convertirá en una de las atracciones turísticas más impactantes de la capital británica.
Construidos en la década de 1940 como refugios antiaéreos durante los bombardeos alemanes, estos túneles sirvieron después como sede secreta de la Dirección de Operaciones Especiales de Gran Bretaña, una rama del MI6 que inspiró la famosa división «Q» en las películas de James Bond. Más tarde, en la Guerra Fría, el complejo fue convertido en una central de comunicaciones, alojando incluso la línea directa entre Washington y Moscú.

Con una inversión de 149 millones de dólares, el proyecto The London Tunnels busca transformar este enigmático espacio en un museo inmersivo con exposiciones y experiencias interactivas. Angus Murray, director del proyecto, ha asegurado que la atracción será un homenaje a la historia, comparable en impacto turístico al London Eye, que recibe más de 3 millones de visitantes anuales.

Las visitas a los túneles estarán disponibles a finales de 2027 o inicios de 2028, con un costo aproximado de 37 dólares por persona. Mientras tanto, los más curiosos pueden explorar otras estaciones subterráneas abandonadas a través de los recorridos organizados por el Museo del Transporte de Londres.