Una historia que conmociona: el caso del tirador de FSU y su conexión con un secuestro internacional
En un giro perturbador que ha capturado la atención mediática y generado intensas reacciones en redes sociales, se ha revelado que Phoenix Ikner, el estudiante involucrado en el tiroteo ocurrido en la Universidad Estatal de Florida (FSU), fue secuestrado por su madre biológica durante una batalla por la custodia y llevado a Noruega. Este suceso, que combina elementos de tragedia , política internacional y crimen intrafamiliar, resalta la importancia de una protección infantil eficaz, incluso más allá de las fronteras.
¿Quién es Phoenix Ikner? El joven detrás del tiroteo de FSU
Phoenix Ikner fue identificado como el atacante del lamentable tiroteo ocurrido en el campus de FSU, donde varios estudiantes resultaron heridos. El hecho generó gran cobertura mediática en Estados Unidos y el mundo por tratarse de otro episodio de violencia armada en espacios educativos.
Sin embargo, nuevas investigaciones revelan que Phoenix fue víctima de un secuestro parental años antes del incidente, lo que cambiaría por completo la narrativa conocida hasta ahora.
Una niñez marcada por el conflicto: custodia y separación 
Phoenix, actualmente de 21 años, fue reportado como secuestrado en el año 2008 por su madre biológica, Anne Mari Eriksen, de origen noruego. En ese entonces, estaba en el centro de una tensa disputa legal por la custodia con su padre, residente en Florida. Según documentos judiciales, Eriksen habría perdido la custodia legal del menor y, al temer perder todo contacto con su hijo, lo habría raptado y cruzado ilegalmente fronteras internacionales con destino a Noruega, su país natal.
El caso se mantuvo en perfil bajo durante más de una década, y Phoenix vivió con una identidad nueva y una vida alejada de la realidad estadounidense, hasta que años más tarde una reubicación lo regresó a Florida, ya como adulto joven.
La verdad que salió a la luz: una conexión entre el secuestro y el tiroteo
Tras el ataque en FSU, las investigaciones del FBI y autoridades locales descubrieron que Phoenix Ikner no era quien decía ser realmente. Gracias a una prueba de ADN y la colaboración con Interpol y autoridades noruegas, se confirmó que Phoenix era el mismo niño reportado como secuestrado en 2008.
Su madre biológica, Anne Mari Eriksen, actualmente de 46 años, habría estado escondiéndose con identidades falsas en Noruega para evitar ser extraditada a Estados Unidos, donde podría enfrentar cargos de secuestro y obstrucción a la justicia.
Posibles impactos psicológicos del secuestro a largo plazo 
Especialistas consultados por diversos medios plantean que el hecho de haber vivido gran parte de su vida bajo una identidad falsa, desconectado de su familia paterna y privado de una estructura emocional estable, podría haber contribuido a sus problemas mentales, los cuales se manifestaron de forma trágica durante el tiroteo de FSU.
La psicología infantil establece que las víctimas de secuestro parental presentan un alto riesgo de:
- Dificultades de identidad
- Trastornos de ansiedad y depresión
- Síntomas de estrés postraumático
- Problemas de impulsividad o conducta
¿Cómo logró escapar a Noruega? Detalles del secuestro internacional
Según reportes policiales obtenidos por el New York Post, Eriksen aprovechó una visita supervisada al niño para llevárselo fuera del país antes de que pudieran activarse las alertas migratorias. Usó documentos falsos y conexiones familiares en Oslo para esconderse durante más de una década.
Noruega, que no extradita a sus ciudadanos fácilmente, no estaba al tanto de la gravedad del caso debido a que durante años no se renovaron los esfuerzos diplomáticos. Sin embargo, la reaparición de Ikner en Estados Unidos y su posterior participación en una masacre reactivó los canales internacionales.
La madre ahora enfrenta cargos y está bajo investigación en Noruega, que podría extraditarla dados los nuevos antecedentes que han salido a la luz, aunque el proceso podría demorar años.
Estados Unidos y los desafíos internacionales en casos de secuestro parental
Este caso no es único. Según la Oficina de Asuntos Consulares del Departamento de Estado de EE.UU. (travel.state.gov), cada año se reportan entre 600 y 800 casos de secuestro parental internacional. Muchos incluyen situaciones donde uno de los padres lleva al menor a un país extranjero sin autorización del otro progenitor o sin el consentimiento de las autoridades.
El tratado de La Haya sobre los Aspectos Civiles del Secuestro Internacional de Niños, ratificado por más de 100 países, busca facilitar el retorno de menores a su lugar de residencia habitual. Sin embargo, la aplicación del tratado varía mucho de país en país, y la cooperación legal puede ser lenta o incluso inexistente.
¿Cómo evitar casos similares? Prevención y medidas de seguridad 

Para prevenir estos lamentables casos, las autoridades recomiendan:
- Establecer órdenes judiciales claras de custodia, incluyendo restricciones de viaje
- Solicitar notificaciones internacionales para el FBI u otros organismos si existe riesgo
- Inscribir al menor en sistemas de protección como el Children’s Passport Issuance Alert Program
- Buscar asistencia legal inmediata en caso de amenazas de secuestro
Conclusiones: una tragedia con múltiples víctimas
El caso de Phoenix Ikner pone en evidencia cómo las decisiones tomadas en la infancia pueden tener repercusiones graves en la vida adulta. Si bien no hay justificación para un hecho tan grave como un tiroteo, es importante considerar el contexto emocional y psicológico que puede estar detrás de estos actos. La protección a la niñez no debe terminar en una corte de familia; debe continuar mediante políticas públicas eficaces, cooperación internacional y prevención.
También resalta las fallas en los sistemas legales que deberían proteger a los menores de ser rehenes en batallas legales entre adultos. Por eso, es esencial fomentar la visibilización y denuncia de casos similares.
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