La imagen pública de los Sussex bajo la lupa: nuevas críticas desde una organización cercana
En un nuevo capítulo que pone en entredicho la imagen del príncipe Harry y Meghan Markle, un alto directivo de Sentebale —la organización benéfica cofundada por el duque de Sussex— ha calificado a la «marca Sussex» como «tóxica». Esta afirmación despierta interrogantes sobre el rol que ambos juegan actualmente en el ámbito humanitario y su influencia en las instituciones con las que alguna vez trabajaron activamente.
Sentebale, creada en 2006 junto con el príncipe Seeiso de Lesoto, tiene como misión apoyar a niños y jóvenes vulnerables en África, afectados por el VIH/SIDA y la pobreza. Pero incluso dentro de esta organización, que ha sido una de las más cercanas al corazón del príncipe Harry, comienzan a surgir preocupaciones sobre el impacto de la asociación con Harry y Meghan en el clima actual.
El origen de la controversia 🚨
Los comentarios surgen en medio de una creciente percepción pública —ampliamente reflejada en medios internacionales como Daily Mail— de que la pareja, que renunció a sus funciones reales en 2020, enfrenta una batalla cuesta arriba para recuperar credibilidad en el ojo público.
Un miembro clave del consejo directivo de Sentebale, cuya identidad no fue revelada, expresó que la organización se encuentra sometida a un escrutinio adicional debido a la asociación con Harry. El directivo citó que «cualquier cosa vinculada a los Sussex hoy en día tiene un alto riesgo reputacional, y eso es algo que afecta a cada paso que intentamos dar como organización sin fines de lucro».
Este comentario forma parte de una creciente narrativa que sugiere que la pareja está perdiendo sus vínculos con las organizaciones que alguna vez apoyaron —no por falta de recursos o interés, sino por preocupaciones sobre su imagen pública.
¿Qué está pasó con el príncipe Harry y Sentebale?
Aunque Harry continúa públicamente promoviendo y defendiendo las labores de Sentebale —incluso organizando eventos de recaudación—, el distanciamiento parece inevitable. Si bien no ha habido una ruptura formal, varios reportes indican que la participación activa del duque se ha visto disminuida, en parte debido al efecto dominó que generó su distanciamiento de la familia real y de las estructuras oficiales de poder en el Reino Unido.
La marca “Harry y Meghan” ha estado inmersa en una combinación de proyectos de contenido —como el documental de Netflix y el libro de memorias “Spare” (“En la sombra”)— que, si bien generaron una ola de atención mediática, también provocaron fuertes reacciones públicas e incluso institucionales. Muchas organizaciones sin fines de lucro ahora consideran cuidadosamente cualquier vínculo público con figuras polarizantes.
Una marca que divide opiniones 🧨
Desde que se instalaron en Montecito, California, Harry y Meghan han cultivado una imagen pública más orientada al activismo y la producción de contenido con su propia empresa, Archewell. Sin embargo, su ambición de establecer una marca global de impacto positivo no ha estado libre de obstáculos.
Entre las críticas más frecuentes hacia la pareja se encuentran:
- El uso comercial de su historia personal y real, percibido por muchos como oportunista.
- Inconsistencias en sus declaraciones dentro de proyectos como la serie documental de Netflix.
- La politización de causas benéficas que ellos abanderan, lo que les ha restado neutralidad a ojos del público global.
Este contexto ha llevado a que tanto empresas privadas como ONG cuestionen si asociarse con los Sussex es una decisión sostenible desde el punto de vista reputacional.
El desafío de mantener la autenticidad
La experta en branding y filantropía, Lisa Greer, comentó al New York Times que las celebridades deben cuidar lo que representa su imagen cuando se asocian con causas sensibles: «Cuando el mensaje se trata más de ellos que de la causa, la credibilidad empieza a erosionarse». Este parece ser uno de los dilemas que afectan directamente a Harry y Meghan en este momento.
Por otro lado, hay quienes defienden que su estilo más abierto, confesional y frontal tiene un valor disruptivo en un ecosistema mediático rígido y obsoleto. Al igual que el príncipe Harry ha decidido hablar sobre su salud mental o los traumas vividos dentro de la monarquía, hay quienes lo ven como un paso hacia la transparencia.
¿Hacia dónde van los Sussex? 🔮
Pese a las tensiones actuales, los Sussex continúan trabajando en nuevos proyectos y apariciones públicas. En su última visita a Nigeria, por ejemplo, promovieron el trabajo de Archewell y reforzaron temas como la salud mental y el empoderamiento femenino, alineándose con iniciativas locales (ver más sobre el regreso humanitario de Meghan).
No obstante, los próximos meses serán clave para entender si podrán reposicionar su imagen pública o si, como apuntan algunos expertos en relaciones públicas, su marca quedará plasmada en el espectro polarizante de la política mediática transatlántica.
El impacto para las ONG asociadas 🌍
Organizaciones como Sentebale, que sobreviven gracias a sus donaciones y credibilidad, enfrentan un delicado equilibrio. Estar asociados con figuras públicas con una historia tan compleja puede traer inicialmente visibilidad, pero también controversias no deseadas.
Del mismo modo, proyectos filantrópicos encabezados por celebridades deben ajustarse a estándares éticos altos, pues la línea entre la causa y el beneficio personal puede volverse imprecisa.
Algunas ONG ya han comenzado a replantear sus estrategias de embajadores y voceros, dándole prioridad a:
- Voceros expertos más que famosos
- Mensajes centrados en resultados concretos
- Independencia institucional frente a marcas o personalidades públicas
Conclusión: ¿Reinvención o declive?
La afirmación de que la “marca Sussex” es ahora «tóxica» proviene de un entorno que alguna vez fue parte vital de la construcción del legado filantrópico del príncipe Harry. Esto sugiere que el desafío de la pareja va más allá del simple juicio de los
