Lo que prometía ser un viaje de ensueño se convirtió en una pesadilla en alta mar. Más de 7.000 pasajeros quedaron atrapados en cruceros de lujo frente a la costa de Australia, luego de que el ciclón tropical Alfred azotara la región con vientos devastadores e inundaciones severas.
El ciclón, de categoría 2, provocó el cierre de puertos, la cancelación de vuelos y dejó a miles de personas varadas tanto en tierra como en el mar. Entre las embarcaciones afectadas se encuentran el Crown Princess, el Pacific Encounter, el Norwegian Sun y el Queen Anne. Todos tuvieron que interrumpir sus rutas por la violencia de la tormenta, mientras el Carnival Luminosa directamente canceló su viaje, prometiendo reembolsos a los pasajeros.

Un barco se inclinó 14 grados y desató el pánico a bordo
El momento más dramático se vivió en el Crown Princess, de la naviera Princess Cruises, cuando una ráfaga de viento de 130 km/h inclinó el crucero 14 grados, generando un caos absoluto. La cubierta se inundó, los platos volaron y 13 pasajeros junto a tres tripulantes resultaron heridos.
“Sentí que el barco se volcaba”, declaró el capitán Martin Wise, mientras los pasajeros miraban aterrados cómo el mar se elevaba frente a las ventanas del restaurante.
Australia en alerta máxima
El primer ministro Anthony Albanese calificó la situación como una crisis climática sin precedentes. Brisbane, Queensland y Nueva Gales del Sur están bajo alerta: 13 millones de personas en riesgo, 500 escuelas cerradas y lluvias torrenciales que se extenderán hasta el fin de semana.
Además de los cruceros, las líneas aéreas como Qantas, Singapore Airlines, Emirates y Air Canada cancelaron cientos de vuelos en los aeropuertos de Brisbane y Sídney. Solo en Brisbane, se reportaron 194 vuelos cancelados y 158 retrasados.

Se espera lo peor
El puerto de Brisbane permanecerá cerrado hasta al menos el 8 de marzo, mientras se evalúan los daños estructurales. Las navieras y aerolíneas advierten que el regreso a la normalidad tomará tiempo.
Mientras tanto, los pasajeros varados en los cruceros y aeropuertos de Australia viven horas de incertidumbre, esperando que el ciclón Alfred pierda fuerza y les permita regresar a tierra firme.