Hace unos días guardaparques que recorrían el Parque Nacional Conway de Australia encontraron un sapo gigante, por no decir de tamaño récord, al que bautizaron “Toadzilla” por su apariencia algo monstruosa y exhuberante. A pesar del asombro ocasionado por la presencia de esta criatura, los profesionales recurrieron a una medida algo extrema: sacrificar al ejemplar.
Los guardaparques del norte de Australia no salían de su asombro cuando hallaron en tierras salvajes un sapo que era enorme, casi tan grande como un bebé. Toadzilla, como lo bautizaron en la reserva a la que lo llevaron, pesaba nada más y nada menos que 2,7 kg, cuando lo normal es que pesen solo medio kilo.
La guardaparques Kylee Gray vio al sapo monstruoso mientras realizaba trabajos en las vías en el Parque Nacional Conway: luego de analizarla, se determinó que era una hembra, y aunque no lograron identificar su edad, están seguros de que ya tenía varios años. A juzgar por las imágenes que han sido difundidas sobre el hallazgo, es posible apreciar la dimensión del sapo casi como la longitud de un brazo humano.
Toadzilla era un anfibio que es conocido como Sapo de Caña, y pertenece a la familia de los Bufonidae. Los sapos de caña pueden vivir hasta 15 años en la naturaleza y, en términos promedio, se estima que pesan alrededor de medio kilo. La razón por la que ha sido sacrificado tiene su argumento en que estos anfibios también poseen unas glándulas venenosas, lo que los convierte en una presa altamente tóxica para cualquier depredador que lo aceche.
Además, según han explicado los expertos, cuando secretan ese «veneno lechoso» -llamado formalmente como bufotoxina-, puede causar un paro cardíaco y efectos psicodélicos. Como consecuencia de esta condición biológica, los sapos de caña son una de las peores especies invasoras del mundo. Desde hace años Australia lucha contra esta plaga: «Un sapo de caña de ese tamaño comerá cualquier cosa que le quepa en la boca, y eso incluye insectos, reptiles y pequeños mamíferos«, expresaron los guardaparques.
A pesar de la trágica decisión de acabar con la vida del animal, desde el Parque Nacional Conway en Queensland han indicado que el cuerpo del sapo será donado al Museo de Queensland, que expresó interés por estudiar al ejemplar ya que podría ser el más grande registrado. El récord anterior era de un sapo de caña que vivía como mascota y pesaba 2,6 kg.