¿Cuál es el origen?
La leyenda popular narra la historia de San Valentín como el santo defensor y patrón de los enamorados.
La historia se remonta a los primeros años del Siglo III, cuando en el Imperio Romano tomó fuerza el relato de que Valentín era un sacerdote que unía en matrimonios a soldados jóvenes. La valentía y el carácter de defensor de los enamorados se debe a que estas prácticas estaban prohibidas en la Antigua Roma ya que desde los ejércitos preferían alistar a personal que no tuvieran esposa ni hijos.
La celebración para el amor, que tiene por fecha al 14 de febrero, se convirtió en todo un evento significativo para las parejas. Tal es así que en cada región suele tener sus propias particularidades.
Si bien la versión romántica nos remite a obsequios como cartas o postales escritas a mano, una cena a la luz de las velas -al mejor estilo de una escena de ‘La dama y el vagabundo’-, o un osito de peluche con un corazón que emita las palabras “Te amo”, lo cierto es que como dice el dicho: sobre gustos no hay nada escrito. Y sobre demostraciones de amor tampoco.
White Day: un dulce festejo de amor
Algunos países asiáticos como Japón, Corea del Sur, Vietnam, Taiwán, Hong Kong y China tienen por costumbre celebrar el White Day. ¿De qué se trata? Consiste en un festejo que tiene por fecha al 14 de marzo, exactamente un mes después del popular 14 de febrero.
Para entender mejor, durante el 14 de febrero las mujeres de estos países son las encargadas de agasajar a sus parejas en este día como muestra de afecto. El obsequio más común que se regala es el chocolate.
La mujer propone, y el hombre…
Pero no todo termina en ese día: la tradición establece que aquellos hombres que hayan recibido un regalo por parte de una mujer deberán corresponderles el 14 de marzo, en forma de agradecimiento por la cortesía con algún objeto que tenga mayor valor.
Ahora, vayamos al punto más importante de la cuestión: ¿qué significado tendrá si el hombre no cumple con este ritual? ¿Qué pasará?
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