Murió Tamy, el elefante que pasó 41 años esperando una vida en libertad

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Redactora
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Tamy, el único elefante asiático del Ecoparque de Mendoza y uno de los símbolos del cautiverio animal en Argentina, murió este martes a los 55 años, a solo un paso de alcanzar la libertad que nunca conoció. Su historia, marcada por el encierro, la soledad y el maltrato, conmovió a generaciones.

image tamy el ultimo elefante argentina que espera ser trasladado mendoza al santuario brasil

Nacido en 1970 y capturado desde pequeño, Tamy fue entregado en 1984 por el Circo de las hermanas Gasca al antiguo Zoológico de Mendoza. Tenía apenas 14 años y ya cargaba con las secuelas del entrenamiento violento de los circos, donde se lo sometía con herramientas punzantes y castigos físicos. Fue abandonado en Mendoza luego de que no se lograra trasladarlo a Chile por falta de permisos.

Desde entonces, su mundo fue una fosa de cemento y tierra seca, donde pasó más de cuatro décadas sin poder caminar libremente, como lo hacen los elefantes en su hábitat natural. Con las patas dañadas y el cuerpo envejecido, Tamy sobrevivía día tras día pisando el mismo suelo, con apenas espacio para moverse.

Su historia cambió de rumbo en 2022, cuando su hija Guillermina y su compañera Pocha fueron trasladadas al Santuario de Elefantes de Mato Grosso, en Brasil. Pocha, sin embargo, murió meses después. Tamy estaba destinado a seguir sus pasos. Su traslado estaba en marcha: la caja que lo llevaría estaba en construcción, y su espacio en el Santuario casi listo.

Durante el último año, había iniciado un proceso de rehabilitación con la ayuda de especialistas como Ingo Schmidinger y Johanna Rincón Alba. Por primera vez en décadas, Tamy empezaba a confiar en los humanos. Mostraba cambios, mejoraba su ánimo, y sus cuidadores soñaban con verlo caminar en libertad.

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Pero el tiempo no alcanzó. «Esta mañana despertamos con una triste noticia: Tamy dejó este mundo donde tanto sufrió», comunicó la ONG Proyecto Ele, que lideraba su traslado.

Tamy murió sin conocer la selva, pero su historia quedará como emblema de la lucha por los derechos de los animales cautivos. Su vida, marcada por el dolor, también encendió un cambio. Y su nombre no se olvidará.

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2 respuestas

  1. Me dio tanta pena hasta las lagrimas, no puedo creer tantos años viviendo entre piedras.pobrecita que mal hizo para semejante castigo! Nadie tuvo piedad de ella que tristeza me dolió el alma cundo supe su historia de vida. Gran cargo de conciencia para las personas que deberían actuado mucho , muchísimo tiempo antes!!😢

    1. pobrecita que dolor por esa elefanta ya no esta que gente muy mala como van tener así a los animales en cautiverio ya vasta de hacer sufrir así a los animalitito ellos no tienen la culpa el humano lo sacan de su habita para lucrar con eso pobre animales en este caso la elefanta,que murió por estar rodeada de senento y no poder disfrutar de pasto y tierra que lastima

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