Un reciente estudio de Turbli.com ha identificado a Mendoza como el punto central de las rutas aéreas más turbulentas a nivel global. Este análisis, basado en más de 10,000 conexiones, posiciona a la Cordillera de los Andes como un desafío crucial para la aviación debido a sus complejas condiciones atmosféricas y topográficas.
La ruta entre Mendoza y Santiago de Chile lidera el ranking con un índice EDR (índice de disipación de remolinos) de 24,6 puntos, lo que la convierte en la más turbulenta del planeta. Este trayecto de apenas 196 kilómetros atraviesa una de las regiones más altas de los Andes, cerca del Aconcagua, donde las corrientes en chorro y las ondas de montaña generan intensas turbulencias.

Topografía desafiante y condiciones extremas
El estudio, que combinó datos de organismos como NOAA y la Oficina Meteorológica del Reino Unido, reveló que las rutas en Sudamérica son particularmente afectadas por las condiciones geográficas únicas de la región. Además de la ruta Mendoza-Santiago, otras conexiones desde Mendoza, como las rutas hacia Salta, Córdoba y San Carlos de Bariloche, figuran en el top 10 mundial de turbulencias, consolidando a esta provincia como un punto clave en el mapa de vuelos desafiantes.
En el contexto global, solo regiones como el Himalaya, con rutas como Katmandú-Lhasa, y ciertas conexiones en América del Norte y Europa lograron destacar en este ranking dominado por Sudamérica.
Un dato para los viajeros frecuentes

Si bien las turbulencias suelen ser seguras y controladas por los pilotos, esta información pone en evidencia la importancia de las condiciones meteorológicas y geográficas en la experiencia de vuelo. Mendoza, con su impresionante entorno natural, no solo atrae a turistas por sus paisajes y vinos, sino también por el singular desafío que representa surcar sus cielos.
Viajar sobre los Andes puede ser una experiencia inolvidable, pero quienes tomen estas rutas deben estar preparados para un vuelo lleno de movimientos.