El protagonista de esta triste y dramática historia es Song Yingjie, un médico chino de 27 años que se desempeñaba como director de un equipo de médicos en la provincia de Hunan, donde se encuentra la ciudad de Wuhan.
Este profesional de la salud trabajó incansablemente durante 10 días para atender a personas y examinarlas ante posibles casos de portación de coronavirus. Y cuando decimos incansablemente, es realmente incansablemente: Song no tomó descanso y trabajó de corrido desde el día sábado 25 de enero.
Su jornada de trabajo comprendía estar presente en una autopista para comprobar la temperatura corporal de viajeros y conductores.
Como consecuencia de esta imparable rutina, Song falleció de un ataque cardíaco. Y los motivos apuntan directamente al exceso de trabajo. De hecho, puso en agenda una nueva polémica, ante la presencia de un nuevo caso de Karoshi, un concepto utilizado en Japón para identificar a aquellas personas que sufren las consecuencias fatales de quienes mueren por exceso de trabajo.
Según han informado las autoridades del gobierno local en sus redes sociales, Song, oriundo del pueblo de Kaiyun, en el condado de Hengshan, murió luego de regresar a su dormitorio en la madrugada del lunes. Es decir, la polémica se dio a conocer aún con más estupor cuando la sociedad aclamaba como héroes a los médicos que trabajaban durante día y noche por combatir al virus del coronavirus. Algo que, para su cultura está bien visto, pero que evidentemente y a juzgar por sucesos trágicos como este, suele ser perjudicial para la salud.
Holanda aprobará una ‘pastilla del suicidio’ para personas de más de 70 años ‘cansadas de vivir’: no necesitaría prescripción médica
La coalición del Gobierno holandés se ha propuesto la aprobación de una ley para antes de que culmine este 2020.
La misma estará destinada a personas ancianas mayores de 70 años y comprende en poner a disposición de estos ciudadanos una pastilla ‘letal’, para que, en caso de no querer seguir viviendo, puedan decidir cuándo marcar su fin en este mundo.
Según estiman, buscarán que la venta de esta medicación no requiera prescripción médica ni justificación alguna sobre la existencia de problemas de salud.
Así es como el Gobierno holandés publicó recientemente un primer estudio sobre la definición del espectro de población a las que se dirigiría esta pastilla del suicidio, o “píldora Drion. Continuar leyendo…
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