Con un proyecto bautizado como «Little Island», la ciudad de Nueva York se embarca y presenta una nueva apuesta para seguir contribuyendo en la conversión de la ciudad a un lugar más verde y sostenible. ¿Cómo? Creando espacios naturales en las orillas de Manhattan con la intención de contrarrestar el aumento del nivel del mar.
Cabe destacar que desde hace tiempo Nueva York está en la búsqueda de consolidarse como un destino verde: primero demostró interés en recuperar antiguas infraestructuras, viejas fábricas y almacenes para convertirlas en centros culturales y espacios verdes como huertos urbanos y pequeños invernaderos. Luego se dispuso a crear terrazas naturales en los tejados de los bloques. Ahora, su nueva ambición se encuentra atada a los antiguos muelles: precisamente como un juego de palabras, un proyecto ecológico, liderado por la firma Heatherwick Studio, buscará convertir pequeños pulmones verdes a partir de embarcaderos en desuso.
Por su parte, Little Island presume ser «un parque público que ofrecerá una relación única entre la naturaleza y el arte: una ruptura con la vida urbana y una conexión con la espontaneidad y la alegría«.
Como ser, el caso del muelle 54 , un bosque acuático de pilares que sobresalían del río Hudson. Aquel lugar estimaba contar con la presencia de los restos del Titanic, si es que hubiera atracado con éxito a orillas de Manhattan. Luego, se dispuso como lugar de trabajo de compañías como Cunard y White Star Line, aunque lo cierto es que desde hace tiempo ya que se encontraba en desuso.
Gracias a una reinvención del espacio, este viejo muelle está a punto de convertirse en la pieza angular de lo que será una isla flotante de más de 10.000 metros cuadrados de zonas verdes frente al barrio de Chelsea, en pleno centro neoyorquino:
Según han indicado desde la compañía a cargo del diseño, este espacio estaría inaugurado a principios de 2021 y, entre los equipamientos de los que dispondrá, se destaca la existencia de una red de senderos bordeados por más de cien tipos diferentes de árboles, jardines, un parque e incluso un anfiteatro con capacidad para 700 personas:
La misma suerte podría correr el muelle 97 de Nueva York, situado más al norte. Este lugar ha sido clave en la historia de muchas personas: muchos migrantes escandinavos encontraron en el muelle 97 la puerta de entrada al sueño americano. Incluso también allí se fundó la Swedish American Line que conectaría Gotemburgo con Nueva York.
Luego sería el escenario perfecto donde un joven Robert de Niro, peinado a lo mohicano, se pasearía a bordo de un taxi amarillo en la famosa ‘Taxi Driver’. Pero, si bien se encuentra abandonado desde el año 2003, su suerte podría cambiar para el 2024, año en el que se oficializaría la inauguración de una nueva propuesta en su interior. El estudio de arquitectura y paisajismo ¡Melk se ha propuesto aprovechar los más de 12.000 metros cuadrados para transformarlos en una extensión repleta de rutas ciclistas, huertos urbanos y jardines botánicos:
Una propuesta similar tendrá lugar en el muelle 57, que no solo se supone que será el hogar de una nueva oficina de Google, sino que también contará con zonas verdes, terrazas, espacios dedicados únicamente a eventos culturales y un centro de catas de vino. La transformación de este «supermuelle», se posicionará como un lugar cálido donde pasar los días disfrutando de las vistas al río y a la gran manzana.
Por su parte, en el muelle 26 se crearían dos grandes campos de futbol con el objetivo de fomentar la educación, el juego y la comunidad a través del deporte; y en el identificado como muelle 2, existen planes de construir una piscina alrededor de un jardín acuático con vistas a los rascacielos. Parece ser que un lujo de tonos verdes nos deleitará pronto por la ciudad de Nueva York ????
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