Muchos de los países que tienen como tradición los más populares festejos ante la llegada de las fiestas de Fin de Año ya han comenzado con los preparativos e inauguraciones. Hace tan solo unos días las ciudades más importantes de España se dispusieron a encender los típicos alumbrados navideños que tanto deslumbran por estas fechas, y ahora ha sido el turno de la emblemática ciudad de Nueva York, uno de los destinos predilectos si de celebrar la Navidad se trata.
La ciudad estadounidense dio por inaugurada el pasado miércoles la época navideña a partir del tradicional encendido de luces del gigantesco árbol del Rockefeller Center. La misma constituye una de las celebraciones más esperadas por los amantes de esta época del calendario, sin embargo, en esta oportunidad y debido a las restricciones impuestas por el coronavirus, el acontecimiento fue ofrecido en vivo a un número reducido de personas, mientras que el resto pudo seguir la cobertura a partir de una transmisión masiva.
Cabe destacar que el primer árbol de Navidad que se instaló en el lugar fue colocado en 1931 por trabajadores de la construcción en el sitio donde se estaba edificando el Rockefeller Center, inaugurado en 1939. La primera ceremonia formal del encendido de luces se desarrolló en 1933 y, desde entonces, la tradición se ha mantenido con algunas variaciones.
En esta edición 2020, el típico árbol protagonista de la escena en el Rockefeller Center, uno de los complejos de edificios comerciales más destacados de Nueva York, es un abeto canadiense de casi 23 metros de alto y 11 toneladas de peso. En un gran trabajo de logística, el árbol viajó hasta la Gran Manzana hace poco más de dos semanas desde la localidad de Oneonta, a unos 270 kilómetros de la ciudad de los rascacielos. Como suele acostumbrarse, el árbol fue iluminado con más de 50.000 luces LED multicolor.
Curiosamente, este abeto también trajo una sorpresa entre sus ramas: en uno de los huecos viajó escondido un pequeño búho que fue encontrado con la llegada del árbol a Manhattan tras haber pasado dos días de viaje en un camión.
“Rockefeller” o “Rocky”, como fue bautizada la diminuta ave de unos 12 centímetros, recorrió más de 270 kilómetros. Si bien se encontraba en buenas condiciones, fue trasladada para su recuperación al Ravensbeard Wildlife Center, según informó el lugar en su página web. El ave, un espécimen adulto de la especie Saw-whet, fue liberado pocos días después tras haber sido alimentado. El vídeo y las fotos de su llegada al centro en una caja de cartón y después cómodamente abrigado con una manta fueron compartidas por miles de personas y han contribuido a recaudar más de 17.000 dólares para la organización.
Por otra parte, también fue posible apreciar, en lo alto de la copa del árbol, una enorme estrella que fue diseñada en 2018 por el arquitecto Daniel Libeskind, y que está formada por unos tres millones de cristales Swarovski, por lo que su peso asciende a unos 400 kilos.
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