Padre lleva a su hijo de 18 años en un viaje de un mes a Mongolia para sacarlo de la adicción a su teléfono

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La adicción del siglo XXI está más que clara: eso que tienes en las manos ahora, mientras lees esto. Si, tu amado y maldito teléfono. Ese que nos acerca a todo, pero nos aleja de los más cercanos, incluso de nuestra familia.

Ese sentimiento fue el que llevó a este padre a intentar todo lo que tenía a su alcance para quitar los ojos de su hijo de la pantalla del móvil.

Jamie Clarke, de Alberta, Canadá, puso a su hijo en una desintoxicación digital forzada cuando sintió que estaba perdiendo el contacto con el joven. Su plan? llevar a Khobe, de 18 años, a la aventura de su vida.

Empezó a darse cuenta de la adicción de su hijo ya cuando tuvo su primer Blackberry a una edad temprana. Esto fue empeorando con los smartphones siguientes y plataformas de contenidos digitales.

Estaba perdiendo a mi hijo…. lo tenía al lado conmigo pero lo sentía cada vez más lejos.

Habiendo subido ya dos veces al Monte Everest, Jamie decidió que su próximo viaje sería cruzar Mongolia en moto, y esta vez, quería que Khobe fuera con él.

En declaraciones a la BBC, Khobe dijo: «Nunca antes había experimentado un fin de semana sin mi teléfono, esencialmente. Fue muy extraño para mí».

Luego, Jamie planteó la idea del viaje de un mes a Khobe, quien inicialmente no lo aceptó en absoluto.

«Dije que no con bastante rapidez. Pero luego, con el tiempo, empezó a convertirse en una idea divertida … hasta que empezó a suceder. Ya los preparativos fueron increíbles».

Partieron a fines de julio, y viajaron más de 2,2000 kilómetros a través de Mongolia.

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Aunque tomaron fotos durante la travesía, el pacto era que ambos se abstuvieran de usar el teléfono hasta que su regreso. Aunque esto no fue fácil para Khobe.

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«Si, extrañé mucho mi teléfono. Cuando estoy aburrido, puedo encender YouTube o ver Netflix¨

Jamie dijo que vio un lado nuevo de su hijo

«Me ayudó a ver a Khobe de una manera nueva. Lo vi como un niño que seguía dejando su chaqueta sobre la mesa, sin limpiar los platos, aunque también convertido ya en un hombre joven, y me impresionó lo bien que pudo actuar bajo presión».

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