Historias sobre el terremoto en Turquía y Siria que trascienden al mundo entero hay varias: pero pocas logran realmente impactar de lleno en la emocionalidad de usuarios de todo el mundo. La de la bebé recién nacida que fue hallada con un cordón umbilical intacto es una de ellas y, pese al dolor de un contexto familiar en el que sus padres y hermanos han fallecido, se trata del poder de la vida misma por sobre el horror; la historia de un padre que «acompaña» a su hija fallecida es una de las secuencias que más angustia genera desde la aparición de sus fotos.
Se trata de la imagen de «un padre sosteniendo la mano de su hija muerta» que muestra la desesperación de los sobrevivientes de la catástrofe, en especial cuando gran parte de sus allegados se ha visto involucrado entre las más de 11.000 víctimas fatales que se han relevado desde el pasado lunes, cuando ocurrió uno de los terremotos más trágicos para la historia de Turquía y Siria.
En el registro fotográfico es posible apreciar a un hombre abrigado con una llamativa chaqueta naranja y con la mirada perdida. Se encuentra de cuclillas, sentado sobre una montaña de ruinas que no son más que los escombros de un edificio: pero no uno cualquiera, si no el edificio en el que vivía. El hombre guarda su mano derecha en el bolsillo para protegerla de las temperaturas bajo cero que estos días se ensañan con aquellos que lo han perdido todo.
Sin embargo, con su mano izquierda protagoniza una de las postales más desoladoras de la catástrofe natural que esta semana impacta en el mundo entero: el hombre estira su mano para agarrar la de una joven, que asoma entre las ruinas.
Según Adem Altan, el fotógrafo de la agencia AFP que tomó la foto, se trata de Mesut Hancer, quien «sostiene la mano de su hija Irmak, de 15 años, quien murió en el terremoto en Kahramanmaras», en Turquía. Tal como se aprecia en una toma más panorámica, Irmak yace inerte en las misma cama en la que dormía, que ha quedado aprisionado entre dos bloques de hormigón y hierros retorcidos.