El intento por reducir los niveles de contaminación ha llevado a Pakistán a implementar la lluvia artificial como medida desesperada. Clasificado como el cuarto país con peor calidad de aire en el mundo, la situación se ha vuelto extremadamente peligrosa para sus habitantes.
La ONG Human Rights Watch considera que exponer a la población a tales niveles de polución es una violación a los derechos humanos. Instan al país asiático a abordar las causas de la toxicidad en lugar de simplemente tratar los síntomas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), respirar un aire con partículas finas hace que los habitantes vivan siete años menos en promedio. El aumento de enfermedades respiratorias y alergias debido al polvo se ha triplicado, mencionó la médica local Fehmeda Khan en una entrevista con The Guardian.
El gobierno de Lahore, capital de Punjab, ha recurrido a la siembra de nubes para generar lluvia artificial en diez ubicaciones alrededor de la ciudad mediante un pequeño avión sanitario Cessna. Aunque esta técnica se aplicó previamente en China e India, el ministro provincial de Medio Ambiente, Bilal Afzal, admite que los beneficios duraron solo unos días antes de que la contaminación volviera a niveles anteriores.
A pesar de la utilidad temporal, existen preocupaciones sobre la sostenibilidad de esta práctica. Ghulam Rasul, ex director general del Departamento Meteorológico de Pakistán y Jefe del Programa de Cambio Climático de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, advierte sobre los riesgos, indicando que una sobredosis de estas operaciones puede desencadenar granizadas o lluvias torrenciales y crear condiciones climáticas adversas.
Aunque esta medida ha generado una ligera disminución en el smog, se plantean dudas sobre su viabilidad a largo plazo y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero en el proceso.