Gracias a la colocación de radio collares de monitoreo GPS/VHF a una pareja de aguará guazú, se pudieron registrar inéditas secuencias de comportamientos de la especie: por primera vez a nivel mundial se han obtenido videos de una hembra amamantando y alimentando con carne a sus crías en estado silvestre. El evento tuvo lugar dentro del Parque Iberá, un parque situado en la provincia de Corrientes y que se destaca por estar poblado por más de 4.000 especies de flora y fauna correntinas, algunas de ellas en peligro de desaparecer.
Hasta hace poco tiempo, la ciencia contaba con escasa información acerca del aguará guazú, el ejemplar enigmático cuya apariencia demuestra una fisonomía cuasi can con aspecto de lobo que habita pastizales y zonas inundadas del norte argentino. Con el objetivo de conocer más acerca de este animal y ayudar a conservarlo, Fundación Rewilding Argentina comenzó un proyecto de monitoreo satelital de individuos en el Parque Iberá, Corrientes.
Lo que lograron resulta realmente sorprendente. En este marco, se consiguieron registros inéditos a nivel global para esta especie en estado silvestre: cachorros jugando, la madre llamándolos y dándoles de mamar, y regurgitando restos de una presa para que ellos los coman.
El aguará guazú o lobo de crin (Chrysocyon brachyurus) es la especie de cánido más grande de Sudamérica. Presenta unas llamativas patas largas que le permiten moverse por terrenos inundados con suelos flojos, es un animal esquivo y difícil de ver. En el pasado, su distribución abarcaba muchas más provincias de las que hoy habita, principalmente a causa de la degradación y fragmentación de su hábitat para actividades agropecuarias y urbanizaciones, los atropellamientos en rutas, el ataque y transmisión de enfermedades por perros, la caza furtiva y su persecución por estar asociados a mitos o creencias negativas. Sin embargo, si bien existen estudios previos realizados sobre la especie, los registros e información sobre la misma son escasos y poco precisos.
En 2020 se logró capturar al primer macho en el Parque Iberá y en 2021 a tres individuos más (1 macho y 2 hembras), para colocarles radio collares con tecnología VHF/GPS con conexión satelital. Estos collares envían varias veces al día la ubicación del animal, lo que permite conocer los movimientos diarios de manera precisa y fiable y obterner datos sobre su reproducción, alimentación y uso del territorio.
Cabe destacar que toda esta labor no hubiera sido posible sin la intervención de personas en el predio. Todas las mañanas, Augusto Distel, naturalista y responsable del monitoreo de los aguarás se dirige a la zona del territorio de cada individuo con collar y con la ayuda de antena y receptor, logra encontrar a los animales para observarlos y tomar datos y registrarlos fotográficamente.
A inicios de agosto, tras varios días de monitorear a una de las parejas de aguarás, compuesta por una hembra llamada «Preta» y un macho llamado «Malevo», Distel pudo descubrir la presencia de tres cachorros en una zona de pastizal. “El primer avistaje de las crías fue cuando apenas tenían poco más de un mes de edad. La emoción de verlos por primera vez fue inigualable» indica Augusto, quien se define como un fanático de este animal.
Cabe destacar que las crías al nacer y durante los primeros meses de vida se esconden en cavidades entre los pastizales a los que los padres les dan forma de «cueva» o de «túneles» inclinando los pastos. Así, los cachorros pueden moverse por estos lugares de manera segura sin ser vistos cuando sus padres se ausentan en busca de alimento, haciéndolos realmente difíciles de ver.
Por sus hábitos alimenticios, el aguará guazú controla especies de pequeño y mediano porte y dispersa semillas en los ecosistemas donde habita. La disminución y desaparición de roles ecológicos como éste genera desequilibrios en los ecosistemas. Por ejemplo, una disminución de un predador como el aguará guazú, provoca un aumento de poblaciones de sus presas, como los roedores. A su vez, un mayor número de roedores consume mayor cantidad de alimento o incluso dispersan a nuevos sitios aumentando la probabilidad de transmisión de enfermedades, incluso a humanos.
Hábitats en peligro: el motivo de la posible extinción del aguará guazú
La disminución de sus poblaciones llevó a la extinción del aguará guazú en algunas provincias como Salta, La Rioja, San Luis, San Juan, Mendoza, La Pampa, Neuquén y Río Negro. En otras provincias del país como Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Entre Ríos, la especie continúa presente, aunque con poblaciones consideradas desde Vulnerables a en Peligro de Extinción.
Las amenazas que sufrió y sigue sufriendo abarcan desde la pérdida de su territorio, la degradación y fragmentación de su hábitat para actividades agropecuarias y urbanizaciones, los atropellamientos en rutas y caminos, el ataque y transmisión de enfermedades por perros, sumado a la caza furtiva y la persecución de estos animales al asociarlos a mitos o creencias negativas e incluso la venta ilegal de ejemplares como mascotas.
En el Parque Iberá, Corrientes, el gobierno provincial, la Administración de Parques Nacionales y Fundación Rewilding Argentina llevan adelante el programa de reintroducción multiespecie más ambicioso de Sudamérica. Afortunadamente, el oso hormiguero gigante, el venado de las pampas, el guacamayo rojo y el yaguareté son algunas de las especies que están impulsando un nuevo modelo de desarrollo económico basado en el turismo de observación de fauna. “Ante todo, trae esperanza sobre un futuro mejor, más armonioso, donde los seres humanos y el resto de los seres vivos podamos compartir este mundo, respetándonos y haciéndolo más completo y alucinante”, concluye Distel.