El continente blanco registró una suba mayor de temperaturas a la media del planeta a un ritmo más acelerado que lo normal: la base de investigación franco-italiana “Concordia” se encuentra ubicada a más de 3.000 metros de altitud, en el Domo C de la meseta antártica y es conocida como “el lugar más frío de la Tierra”. Desde allí, se registraron temperaturas de más de 30°C por encima del promedio normal.
El 18 de marzo la temperatura subió a 11,3 grados Fahrenheit (-11,5 Celsius). El historial máximo para el día es de alrededor de -56 Fahrenheit (-49 Celsius), lo que significa que en esa fecha la temperatura fue 70 grados Fahrenheit (alrededor de 38° Celsius) más alta de lo normal.
«Parece que se estableció un nuevo récord mundial para el mayor incremento de temperatura por encima de lo normal… jamás medido en una estación meteorológica establecida«, tuiteó el lunes Robert Rohde, científico principal de Berkeley Earth, una organización sin fines de lucro con sede en California que se dedica justamente al análisis de las temperaturas para estudiar y comprender el clima.
Según un análisis del servicio meteorológico francés Meteo-France, el récord se produjo debido a un conjunto de fenómenos meteorológicos inusuales en la zona. La llegada de humedad de un río atmosférico, es decir, tormentas que arrastran grandes cantidades de humedad oceánica sobre la tierra y también por el arribo de aire muy caliente, inusitado en esta época del año, en la meseta antártica. La humedad atrapó el aire caliente, ocasionando que las temperaturas se elevaran considerablemente en la Antártida Oriental.
Sin embargo, el investigador del Instituto de Geociencias Ambientales de Grenoble, Jonathan Wille, expresó su sorpresa y preocupación por el evento climático: “Esta es la época en que las temperaturas deberían bajar rápidamente, ya que el solsticio de verano se produce en diciembre. Esta ola de calor en la Antártida está cambiando lo que creíamos que era posible para el clima antártico”, expuso el experto.
Asimismo, Wille se expresó sobre la posible relación entre el fenómeno y el calentamiento global: “Aunque en el momento de producirse un suceso no es posible atribuirlo al cambio climático, una de las señales más claras del calentamiento global es, precisamente, el aumento del número y de la intensidad de las olas de calor. Los polos se están calentando”, concluyó el especialista.