Las autoridades anunciaron una restricción temporal en el uso de fuegos artificiales entre Halloween y el 9 de noviembre, luego de la conmoción generada por la muerte de una osa panda y su cría, atribuida al estrés provocado por las explosiones.

La medida busca resguardar no solo a la fauna silvestre y doméstica, altamente sensible al ruido, sino también a personas vulnerables como bebés, adultos mayores y quienes padecen trastornos de ansiedad.
Diversas organizaciones celebraron la decisión, aunque reclaman ir un paso más allá: prohibir la venta libre de fuegos artificiales y reemplazar los espectáculos pirotécnicos por alternativas más seguras y sostenibles, como drones sincronizados o shows de luces LED.
De esta manera, se abre un debate cada vez más presente en distintas ciudades del mundo: cómo mantener las celebraciones sin poner en riesgo la vida y el bienestar de quienes no pueden defenderse del estruendo.

3 respuestas
Estoy de acuerdo con la determinacion pues por experiencia se lo que sufren los animales. He recogido varios escapados por lis fuegos durante anos, llegan desesperados sin saber lo que hacen.
tienen que morir inocentes, para que por fin se detengan a pensar en el mal de esos juegos artificiales que no tienen nada de cultura sana
Me parece bien,no hay que disfrutar con el , sufrimiento de
ser vivirnte.